Las heridas abiertas
Reproches, descalificaciones y recordatorios de polémicas. Los puentes de entendimiento tendidos entre los partidos se debilitan después de este intento de investidura de Pedro Sánchez
Uly Martín
Madrid
Las heridas que deja el primer debate de investidura tienen trayectoria en varios sentidos y dificultan posteriores acuerdos.
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Los ataques mutuos entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez parecen hacer imposible cualquier entendimiento. El líder del PSOE afirmaba con rotundidad que con el PP no hay posibilidad de pacto: "Para nosotros, es una evidencia la voluntad mayoritaria que la sociedad española ha expresado el pasado 20 de diciembre: el cambio. Con el Partido Popular no podemos promover un cambio de gobierno, y mucho menos el Gobierno del cambio".
El presidente en funciones, aunque aseguraba que sí quiere una coalición con el PSOE y Ciudadanos, complicaba mucho esa opción al acusar a Sánchez de corrupto por acudir a la investidura sin tener votos suficientes: "Ha perdido esta investidura, nos ha hecho perder a todos el tiempo. Ha puesto las instituciuones al servicio de su supervivencia. Y eso también es corrupción, señor Sánchez".
Los puentes entre Ciudadanos y el PP, al menos el PP con Rajoy, quedan también aparentemente cortados tras el debate de investidura. "Así que, señor Rajoy, creo que usted no es creíble, creo que usted no puede encabezar esa nueva etapa política porque, básicamente, usted no cree en todas estas reformas", afirmó Albert Rivera que no pudo ser más claro.
En vista de estos cruces de acusaciones, parecen arruinadas las posibilidades de entendimiento entre Rivera, Rajoy y Sánchez. Quedaría la opción del acuerdo por la izquierda, en la que es imprescindible que estén PSOE y Podemos. Pero las relaciones entre ambos partidos tampoco quedan en el mejor lugar después del ataque frontal de Pablo Iglesias a Felipe González durante el debate: "Su partido fue también el partido del crimen de Estado. Desconfíe, señor Sánchez, de los consejos de aquellos que tienen el pasado manchado de cal viva", frase que provocó la protesta de las filas socialistas.
Con este panorama, los acuerdos parecen muy difíciles, pero nada es imposible. Dos meses hay para la negociación. Y dos meses en política son una eternidad.
