Refrenar el instinto amistoso
"Nadie les pide a los Reyes que no quieran a sus amigos. Pero lo que no deben hacer es mostrar, ni en un mensaje privado, la menor comprensión por un eventual caso de corrupción"
La mirada de Soledad-Gallego: 'Refrenar el instinto amistoso'
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Madrid
Las personalidades públicas padecen un recorte en su derecho a privacidad, derivado precisamente del papel institucional que desempeñan. Porque están sometidos a un escrutinio mucho mayor que el de un ciudadano normal, se ven obligados a mantener un nivel de discreción también mucho mayor. Se supone que es una lección aprendida que va con el cargo. Por eso sorprenden los mensajes hechos públicos en exclusiva por eldiario.es, y dirigidos por los reyes, Felipe VI y doña Letizia, a uno de sus amigos, Javier López Madrid, implicado en el tema de las tarjetas black.
Nadie les pide a los reyes que no quieran a sus amigos o que no les demuestren en privado su afecto. Pero lo que no deben hacer es mostrar, ni en un mensaje privado, la menor comprensión por un eventual caso de corrupción. Eso no es una “merde”, como parece calificarlo la reina Letizia, sino algo que debería merecer su reproche, incluso en un amigo. El rey, menos efusivo, se limita a citarle para verse en persona.
En fin, los mensajes telefónicos, como explicará muy bien Edward Snowden a Ana Pastor el próximo fin de semana, son un peligro para todo el mundo, porque queda registro de ellos, quiera uno o no. Y los representantes públicos no deben hacer nada que debilite su papel institucional. Hubiera sido mejor que doña Letizia refrenara su instinto amistoso.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...