“No teníamos otra opción, era esto o la calle”

Barcelona

Viviendas divididas en minúsculos habitáculos de tan solo 15 m2 en las que viven familias en condiciones prácticamente insalubres. Así es la 'finca patera' que el Ayuntamiento de Barcelona ha detectado en un barrio de la ciudad. Ahora sus dueños se enfrentan a una multa de 900.000 euros. Esta mañana en Hoy por hoy con Gemma Nierga, uno de las personas que han vivido en uno de estos habitáculos, y que finalmente ha sido desahuciado, ha explicado cómo era ese piso.

“Estaba la cama, al lado de la cama la nevera, al lado de la nevera la cocina y al lado de la cocina estaba el baño. Y enfrente el plato de ducha”. Así describe Roberto el lugar donde vivió con su pareja durante casi 5 años. Hasta esta mañana, cuando ha entregado las llaves al dueño antes de ser desahuciado. "Firmamos un acuerdo. El dueño estaba cansado de luchar contra nosotros durante tres años que nos ha intentado echar de aquí´. Y es que el propietario "se molestaba" cada vez que Roberto y otros inquilinos de estos mini-pisos se quejaban por ejemplo cuando se quedaban sin luz. 

Roberto describe el habitáculo como pequeño "pero el instinto de supervivencia hace que nos hallamos amoldado". La pareja venía de sufrir un desahucio del año 2011 y acabaron en este mini-piso, "el único sitio que nos pudimos meter por las condiciones, que no te exigían tantas condiciones como un piso normal". El alquiler ascendía a 400 euros, pero al menos no tenían la exigencia de depositar grandes avales. "Dimos 200 euros de fianza, que nos dieron mis padres. Mas el mes corriente. No había tantas exigencias de nóminas y entramos aquí. No teníamos otra opción, o esto o la calle”.

Pero las indignas condiciones no eran el único problema al que se tuvieron que enfrentar en este edificio. Roberto denuncia una situación de "constante acoso" por parte de la persona que explota el bloque de viviendas. "Nos llegó a poner hasta 9 cámaras para tenernos vigilados, creemos con la intención de pillarnos en un renuncio, cualquier mínima cosa que pudiera denunciarnos". Ahora, y después de abandonar el piso ante la amenaza de desahucio, Roberto y su pareja se encuentran en un hostal que les ha proporcionado el ayuntamiento de Barcelona hasta que les den una solución definitiva: "nos han concedido un piso de emergencia social".

Roberto es la punta de lanza de esta reivindicación, pero algunas familias siguen viviendo en esas infraviviendas. Y seguramente muchas lo hagan en piso similares en toda España. "Hemos tenido la suerte de tener la fuerza y el valor de podernos defender, pero hay mucha gente que está en nuestras condiciones pero no tienen esas fuerzas y son invisible para las administraciones y la sociedad" denuncia. Y es que el acceso a la vivienda, digna y asumible económicamente, sigue siendo uno de los grandes problemas de nuestro país. "La constitución dice que tenemos derecho a una vivienda" recuerda Roberto. "Queremos que se encuentren soluciones pero ya. No puede pasar un día más en que las victimas sigamos en estas condiciones mientras los delincuentes siguen amparados por la justicia en este país". De momento, y si todo sigue su curso, el administrador de esta especie de zulos será sancionado por el ayuntamiento de Barcelona con 900.000 euros. Una batalla ganada por Roberto.