¿Qué hemos hecho para merecer este terrible formato de debate?

Madrid

Es malo, malísimo, horrible, este formato de debate con todos los temas posibles, desde el paro a la corrupción, la política exterior y cualquier cosa, grande o pequeña, relevante o irrelevante. Y es así porque el señor Rajoy ha logrado imponer un único debate, lo que impide una organización más racional, más viva y más atractiva, para ir al detalle de los asuntos, lo que frenaría el incontinente atractivo de nuestros políticos por la verbosidad, la facundia y los grandes expresos europeos como método deleznable de ocultar la falta de ideas.

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Y dicho esto, alguna cosa quedó patente anoche.Por ejemplo, la soledad cósmica, planetaria, del actual presidente en funciones. Si todos aceptamos que habrá necesidad de pactos, no hay, por ahora, ningún candidato no ya a gobernar con Rajoy, es que no hay voluntarios ni para acompañarle al fútbol. Rivera sacudió a Iglesias, cierto, pero se reservó algunas patadas para las espinillas del presidente. No quiso Sánchez, en clara desobediencia a este Ojo, decir qué hará el 27-J. Allá él. Pero si algo quedó claro en el ambiente, y no solo por el soniquete de Iglesias, es que sólo se ve en lontananza, si se quiere echar al padrino de Bárcenas, Barberá y demás prendas, una suma –sea de la forma que fuere- entre PSOE y Unidos Podemos.

O sea, que Houston, tenemos un problema.