Debate a cuatro: sin novedad

Madrid

Un debate encorsetado y sin alma. Los cuatro candidatos fueron anoche a su primer y único encuentro en esta campaña a no arriesgar demasiado. Rajoy a presentarse como presidente experimentado, Sánchez a ofrecerse como la alternativa posible, Iglesias a marcar tono moderado y presidencial, y Rivera a destacar como sea. Ninguno ganó de forma rotunda y nadie perdió de forma estrepitosa. Y el resultado fueron dos horas de argumentario que terminaron a las doce y media de la noche en un país que pretende racionalizar sus horarios.

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El formato y el fuego cruzado permitieron salir vivo a Rajoy cuanto todos le cuestionaron sobre la economía, el paro, los recortes y las pensiones. Lo pasó peor con la corrupción acosado sobre todo por Rivera, pero también por Sánchez e Iglesias. Parece increíble que Rajoy siga sin tener respuestas articuladas sobre este asunto, con la que está cayendo en su partido. Quizás porque no hay respuestas.

Y sobre el futuro, Rajoy volvió a proponer el pacto de los moderados. Pero a los que él llama moderados, Sánchez y Rivera, dijeron que no quieren nada con él. Iglesias repitió su oferta al PSOE para un gobierno progresista. Y Sánchez, que reprochó constantemente a Podemos su investidura fallida, no aclaró qué alianzas propiciarán los socialistas. Se siguió viendo un bloque del centro a la izquierda peleando a dentelladas o sonrisas por el voto. Otro del centro a la derecha peleando por lo mismo. Y una tercera disputa por el voto joven entre los partidos nuevos. En definitiva, el debate no clarificó gran cosa, ni cambiará la dinámica de la campaña.

Por cierto, cuatro hombres que dedicaron 25 segundos a la violencia de género, y porque les preguntaron. Sólo respondieron dos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ni Rajoy ni Rivera tuvieron a bien. Veinte mujeres han muerto en España en lo que va de año.