Un absoluto escándalo

Madrid

El Partido Popular se sentará en el banquillo por borrar los ordenadores con los que trabajaba Luis Bárcenas. La jueza que investiga esa operación de limpieza considera probado que el Partido Popular permitió que la información contenida en los discos duros fuera destruida a conciencia, con métodos drásticos, con el objetivo último de impedir el acceso a datos importantes sobre la contabilidad paralela que durante años manejó el tesorero.

El Partido Popular, la tesorera actual, el abogado y el informático del partido se coordinaron para borrar el rastro de las irregularidades que ya investigaba la justicia. Actuaron como si se tratara de un grupo clandestino que buscaba proteger a la organización destruyendo pruebas de forma sistemática, con ensañamiento.  Un escándalo, un absoluto escándalo que convierte en puro cinismo la actitud de los dirigentes populares que dicen no entender que nadie esté dispuesto a aupar a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno.

Actuaron como si se tratara de un grupo clandestino que buscaba proteger a la organización

Pero, ¿cómo no van a tener escrúpulos los demás partidos? ¿Cómo no se van a resistir a mantener en el poder a una fuerza política que en diferentes grados, se sentará en el banquillo en cinco procedimientos diferentes? ¿Entiende ahora Rajoy el precio de la parálisis, de la condescendencia con los corruptos, de la indulgencia demostrada durante años, de su resistencia a la limpieza cuando los cajones se iban llenando de mugre?

Así que el PP será el primer partido político en la historia de este país que se sentará en el banquillo porque cuando se puso a limpiar, decidió borrar las pruebas, porque cuando quiso regenerar, se lió a martillazos.

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