Los ciudadanos hacen su trabajo
Pasan los años, nos enredamos en otras urgencias y cada 11 de septiembre vuelve a ser un aldabonazo de la fractura que se ha ido abriendo entre muchos catalanes y España
La opinión de Pepa Bueno: 'Los ciudadanos hacen su trabajo'
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Madrid
Ha vuelto ocurrir, como cada 11 de septiembre desde hace cinco años, Cataluña ha vivido una Diada multitudinaria y pacífica, con una participación inferior a otros años, pero masiva en cualquier caso.
A pesar de las incoherencias, las discrepancias internas y los bandazos de los líderes soberanistas, el famoso suflé de Rajoy no baja. Pasan los años, nos enredamos en otras urgencias y cada 11 de septiembre vuelve a ser un aldabonazo de la fractura que se ha ido abriendo entre muchos catalanes y España.
Con la misma determinación con que los españoles han votado dos veces un Parlamento fragmentado pese a la evidencia de que los líderes políticos no saben gestionarlo, con la misma determinación, miles de catalanes salen a la calle a pesar de saber ya que les estaban engañado cuando les dijeron hace cinco años que la independencia unilateral iba a ser rápida, indolora y guay.
Todo, todo apela a la responsabilidad de los dirigentes porque aquí los ciudadanos cumplen escrupulosamente con su papel: votan cuando les piden que voten, llevan su indignación a la urna y no al enfrentamiento, se ponen la camiseta correspondiente y forman pacientemente las figuras que les piden para que las cámaras tomen impresionantes imágenes desde el aire. Pero el resultado de diligencia cívica en España o en Cataluña no se traduce luego en acción política porque los dirigentes o no saben o la realidad no se ajusta exactamente a sus intereses partidistas.
Y así, cinco Diadas después sigue sin existir una mayoría social en Cataluña que quiera romper con España -como se demuestra elección tras elección- pero el president Puigdemont insistió ayer en que estamos en el post-autonomismo y camino de la pre-independencia. A ver quién le pone lazo a esto.
Cinco Diadas después, y a pesar de la fatiga y del descenso de participantes de ayer el descontento con la actual relación con España sigue ahí y el núcleo duro de los que quieren romper también.
Y cinco Díadas después el PP, el partido que se cruza de brazos ante las demandas de los catalanes pero también ante los desafíos de los dirigentes soberanistas, el partido que deriva a los jueces su trabajo político, ese partido ha perdido la mayoría absoluta pero sigue siendo el más votado y vimos a Rajoy recuperar su discurso más rancio y más inmovilista sobre este tema durante su investidura.
Buena parte del bloqueo político español tiene que ver con la mutación del nacionalismo catalán en soberanismo a ninguna parte. Pero se rompa como se rompa ese bloqueo, tendrá que tener a Cataluña en los primeros epígrafes de la hoja de deberes.