¿Quién subirá a la tribuna?

Madrid

Hacía mucho tiempo que un artículo escrito por un socialista no despertaba tanto interés y tanta algarabía entre sus compañeros como el que provocó ayer el texto del diputado y sociólogo Ignacio Urquizu en El País, explicando que el principal problema del PSOE es algo más que ideológico. Cuando se miran los datos, escribe Urquizu, se descubre su falta de conexión con las capas más avanzadas de la sociedad.

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Grandes ciudades, clases medias o personas con estudios superiores, representativas de la modernidad, se han alejado del partido y los socialistas deben preguntarse como volver a establecer ese contacto. El artículo fue tuiteado y retuiteado infinidad de veces, especialmente entre quienes dentro del PSOE se sienten aliviados de tener otro lugar donde fijar la mirada que no sea en Sevilla e intuyen la posibilidad de una tercera vía.

Claro que según Urquizu, ese debate imprescindible va a exigir bastante tiempo. Y ahora mismo hay urgencia por resolver otra cosa, a la que Urquizu no aludía, pero que está en la mente de todos: cómo se las va a arreglar el PSOE para dar la vuelta a su posición y anunciar su abstención en una nueva sesión de investidura de Mariano Rajoy.

El presidente de la gestora, Javier Fernández, dijo ayer que no se consultará a la militancia, como quería Pedro Sánchez, sino a los jefes provinciales, es decir al consejo territorial, y que luego será el Comité federal el que de las instrucciones pertinentes al grupo parlamentario. Fernández no ocultó lo que él mismo opina, como presidente de Asturias: sí a la abstención. Una curiosidad. Ni Fernández ni la presidenta del Comité Federal, la consabida “autoridad”, son diputados a Cortes.

¿Quién será, pues, el que suba a la tribuna a explicar ese voto?, ¿qué hará Pedro Sánchez, que no ha renunciado a su acta de diputado?, ¿excusará su presencia en el pleno?, ¿habrá otros diputados socialistas que le secunden?

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