La “muerte limpia”

Madrid

El gobierno holandés ha enviado una carta al Parlamento en el que propone ampliar la ley que desde 2002 legaliza la eutanasia. Ahora solo se puede aplicar a los pacientes que padezcan un sufrimiento insoportable y que no tengan ninguna esperanza de curación, pero en la propuesta remitida por los ministros de Sanidad y Justicia se plantea extenderla a aquellas personas que consideren que "su vida está completa" y quieren finalizarla de manera digna. En La Controversia de esta semana nos hemos planteado la relación que la sociedad actual tiene con la muerte.

 Escuchando el último disco de Leonard Cohen, "You want it darker", en el que casi a ritmo de canto gregoriano se asegura: "Estoy preparado mi Señor"... no es de extrañar que algún colega, esta semana, entendiese que el cantante canadiense entendiera que está preparado para morir. Luego, en la presentación, matizó que se propone vivir para siempre; pero esta reflexión sobre el momento en el que una persona puede decidir morir elimina la incógnita y el fatalismo que siempre ha rodeado a la muerte. Rafael Núñez, profesor de filosofía considera que estamos ante una "muerte muy limpia" porque casi ha desaparecido el sufrimiento a través de los cuidados paliativos y el miedo a lo desconocido que vehiculan ciertas religiones. 

Para Núñez, coautor del libro: "¡Viva la muerte!", también existe una cierta utilidad de la muerte como instrumento porque, como sucede con la eutanasia y el suicidio inducido que han regulado países como Holanda, Bélgica y Suiza, “cada individuo pueda decidir el momento en el que muere”.

Esta individualización de la muerte convive, no obstante, con su alejamiento social. Acantonada en hospitales y en lugares donde se limita y evita participar en el duelo, en el acompañamiento a los próximos del fallecido, como sucede aún en las comunidades pequeñas. Para Núñez, “la muerte ha seguido en nuestra sociedad el camino contrario de la pornografía. Ahora es algo oculto, que se esconde”.