Un mar de huérfanos
Los ganadores no habían medido bien la grieta que había dentro del PSOE, con Pedro Sánchez o sin él. Ahora la grieta ya está cuantificada: 59 por ciento a favor y 41 en contra
Pepa Bueno: 'Un mar de huérfanos'
03:00
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Madrid
No habrá terceras elecciones. En una semana tendremos gobierno después de 10 meses de interinidad, Rajoy seguirá siendo presidente, y el PP gobernará gracias a la abstención del PSOE por primera vez desde el 78. Del gobierno nos ocuparemos cuando exista.
Hoy toca hablar del PSOE, que vive su momento más desgarrador probablemente desde la ruptura con UGT en 1988. Porque el resultado del comité federal del PSOE deja un partido roto por la mitad. 139 miembros del comité votaron a favor de la abstención, 96 en contra. En los 24 días transcurridos desde el traumático 1 de octubre solo 18 socialistas han movido su posición. La fractura es tan profunda como parecía.
Y la decisión de votar en bloque la abstención en el Grupo Parlamentario puede evidenciarlo aún más porque tanto el PSC como algunos diputados aislados partidarios del ‘No’ han pedido a la gestora que actué con inteligencia, o lo que es lo mismo, piden que se abstengan solo los once diputados necesarios en segunda votación para investir a Rajoy.
El argumento para forzar la votación unánime es evitar la imagen de una abstención vergonzante. Pero vergonzante la deben considerar ya algunos líderes socialistas, especialmente los que gobiernan algunas comunidades que ni siquiera defendieron ayer su posición en el comité. Solo Fernández Vara y Susana Díaz tomaron la palabra para argumentar la abstención en este momento crítico para su partido.
No vamos a volver sobre los errores que ellos mismos reconocen haber cometido desde el 20-D, tiempo van a tener los socialistas para hacer terapia. Ayer ganó la abstención en un comité menos convulso y por sus cauces. Pero lo evidente es que los ganadores no habían medido bien la grieta que había dentro del PSOE, con Pedro Sánchez o sin él. Ahora la grieta ya está cuantificada: 59 por ciento a favor y 41 en contra. Y de cómo gestionen el partido hasta el Congreso extraordinario dependerá que se estabilice, se reduzca o crezca.
Tampoco vamos a volver sobre los errores cometidos desde el 20-D por toda la izquierda, PSOE y Podemos, con distinta responsabilidad eso sí, aunque solo sea por la veteranía y el tamaño del Partido Socialista. Pero lo cierto es que casi un año después dejan huérfanos y desconcertados a muchos votantes que creyeron que en este país había media docena de urgencias económicas, sociales y regeneradoras de la democracia que debían anteponerse a los miedos de unos y las ansias de otros.