¿Qué hacemos con los violadores?

Madrid

No se trata de elaborar un ránking, pero en la lista de delitos que nos pueden revolver las tripas estoy seguro de que la violación ocupa un lugar muy destacado. A mí, desde luego, me pasa. E imagino que a muchísimas personas también les repugna el solo hecho de pensarlo. Por todo: por la violencia que conlleva, por el asalto a la intimidad, por el desprecio que supone convertir a la otra persona en un simple objeto, degradarla a la categoría de cosa. Y después están las secuelas que deja. No resulta nada sencillo restañar las heridas tras una agresión sexual.

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Por eso nos ha impresionado tanto y traemos hoy a La Ventana el caso de un violador reincidente; un hombre que llevaba años en la cárcel y que aprovechando un permiso ha vuelto a las andadas: violando y apuñalando a una mujer que aún continúa en la UVI. Los hechos han ocurrido en Igualada, en Barcelona, y vuelven a poner sobre la mesa un conflicto realmente espinoso: por un lado el nivel de reinserción, de rehabilitación, que pueden alcanzar este tipo de personas, y al que tienen derecho. Pero por otro cómo puede garantizarse que no vuelvan a hacer daño, que también es otro derecho: el de la protección y la seguridad.

Bueno, en este caso concreto los informes penitenciarios avalaban la concesión de los permisos. Es obvio que no acertaron, que no supieron detectar el peligro que había; cosa que no debe resultar sencilla, ya me hago cargo, pero que ahora tampoco puede quedarse en una simple petición de disculpas. Reconozco que no tengo ni idea de qué hay que hacer a partir de este momento, pero espero que alguien nos lo aclare.