Cuerpo a tierra, que llega Cospedal

Madrid

Rajoy ha alumbrado un nuevo Gobierno. ¿Y? Primera estación: María Dolores de Cospedal. ¿Quizá consta en algún anuario militar o ejemplar de similar lectura, que la susodicha, conocida por ser la vergonzante encubridora de Gürtel y Bárcenas, haya mostrado a lo largo de su carrera el más mínimo interés por los misiles de largo alcance, los carros de combate Leopard 2 o los aviones de combate Mc Donnell Douglas F-18 Hornet?

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Cospedal tiene el mismo conocimiento de semejantes artefactos que el de este modesto Ojo: ninguno. Cero. Nada. ¿Por qué, entonces, se la nombra ministra de Defensa? Una gracia, un regalillo de su amigo Rajoy, que siempre ha confundido cargos de confianza con amigotes.

Como Álvaro Nadal, su asesor monclovita. Eso sí, ha mantenido a Guindos, Montoro, Báñez y Méndez de Vigo, con un sencillo mensaje: aquí no nos movemos y mantendremos las leyes más importantes y significativas del PP, de la reforma laboral a la educación, con variantes mínimas, si es que no hay más remedio que acometer mentirosos maquillajes.

De los nuevos, nuevos, Dastis o De la Serna, nada que decir porque nada relevante han hecho. Y mejor olvidarnos de lo que sabemos de Zoido.

Viva la grisura, tan cara al presidente. Y esto no se ha acabado, que esperen ustedes un poquito a ver qué recompensa le cae, por ejemplo, a su íntimo Fernández-Díaz.