Exagerar es mentir

Madrid

El padre de Nadia Nerea hizo algo poco habitual en este tipo de teatros. En cuanto se descubrió el pastel no desapareció por completo. No prendió fuego a su vida, metafóricamente, como sí lo hizo literalmente el protagonista de El adversario de Emmanuel Carrère. No al menos los primeros días.

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Me refiero a que siguió hablando con los medios. Volvió a una televisión, por ejemplo. Y gracias a eso se pueden sacar valiosas lecciones porque normalmente las excusas suelen dar la medida del pecado. El padre de Nadia, por ejemplo, reconoce que exageró. Exagerar en periodismo es mentir. En la vida también. En una de sus mejores frases, el periodista Arcadi Espada dice: cuando a la realidad se le pone un poco de ficción, ya es todo ficción. Eso ha ocurrido con Nadia: que sus padres, con sus exageraciones en los medios, han disuelto la verdad. Y la poca verdad que queda en la historia de Nadia, que es una verdad importante, la han dejado inservible socialmente.

A este paso lo único que no va a ser ficción es la niña. La niña fue utilizada antes, durante y después por la familia. Porque las "exageraciones" de las que hablan los padres de Nadia tenían una razón de ser en la niña: por tanto lo hacían por ella. Pero no es lo mismo tener una excusa para contar una mentira que para contar una verdad. Si alguien cuenta la verdad da igual que la razone con un propósito malévolo: seguirá siendo la verdad. Si alguien cuenta una mentira da igual que la razone con un propósito benigno: vas a seguir engañando a la gente.