Que Dios les perdone

Madrid

No sé si es por convencimiento o porque la presión se ha hecho insoportable, pero alguna cosa parece moverse en la Iglesia Católica con el escandaloso y terrible asunto de los abusos sexuales.

Hoy la primera noticia nos llegaba desde la otra punta del mundo, desde Australia, donde se han pagado más de 200 millones de euros para compensar –si es que eso es posible- a las víctimas de los curas pederastas, víctimas que se cuentan por miles. En Australia se creó –y ha funcionado- una especie de “comisión de la verdad” y este ha sido el resultado.

En España estamos aún muy lejos de eso, de momento tenemos que conformarnos con algún gesto aislado, alguna petición de perdón. Hoy, por ejemplo, el obispo de Astorga se ha comprometido a acabar con esta lacra, ha anunciado un protocolo de medidas preventivas, etc, etc…pero, claro, es que no le tocaba otra después del escándalo por los abusos de un sacerdote en el seminario de la Bañeza; abusos que se prolongaron en el tiempo y dejaron marcados a un montón de chavales.

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¡Qué rabia da!, ¿verdad? Sobre todo saber que al presunto abusador le mantuvieron en su puesto como si tal cosa hasta que empezaron a llover denuncias. O como ocurrió ayer mismo en otro caso de abusos en San Sebastián, donde el fiscal no pudo acusar porque el delito ha prescrito. En fin, hay tantos casos y ha sido tan flagrante el encubrimiento de los abusadores que a la Iglesia le queda mucha penitencia por hacer, muchísima. Y rezar, rezar para que Dios les perdone porque aquí abajo creo que va a costar un poco más.