Mucho más que el telonero de Kase.O
El segundo disco de El Momo, con alusiones al trap, a Urdangarin o a Cristiano, puede darle un poder desorbitado
Entrevista a El Momo
21:55
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Madrid
El Momo es un rapero de Zaragoza que empezó a curtirse en batallas de gallos y que grabó sus primeras maquetas en un cuarto forrado de hueveras. Poco a poco se fue sacando un máster en rima y, a fuerza de salir a actuar sin apenas público, fue consolidándose como artista underground de la escena hip hop.
De todo ello habla en Diez años, uno de los cortes de su segundo disco, Tetsuo (Boa, 2017). Un trabajo que se va a beneficiar de la mayor plataforma de promoción con la que puede soñar un rapero porque Mario Gutiérrez —así se llama— también es la segunda voz de Kase.O en sus directos y, por si eso fuera poco, su telonero.
El rapero maño cuenta que el nombre del álbum está sacado de "un personaje del manga Akira que ve su poder desorbitado y no sabe dónde le va a llevar ni cuál es su límite". Una situación que le recuerda a su relación con la música: "No sé muy bien a dónde me va a llevar, pero no voy a ser yo quién le ponga un techo".
En sus trabajos anteriores ya había demostrado que tiene el don de rimar con ingenio y de rapear muy rápido, casi sin respirar, pero Tetsuo confirma que El Momo vive instalado en los puestos de Champions del rap español. En su tracklist, de hecho, no faltan los nombres ilustres: R De Rumba, Rayden, Xhelazz...
En Nightcrawler critica las malas prácticas de los medios de comunicación y también se rebela ante las etiquetas ("Yo no sé que es trap / Yo no sé que es pop"). Pero durante la entrevista matiza que tambén hay periodistas que hacen las cosas bien y cuenta que, aunque "no está muy delimitado qué es y qué no", el trap es un tipo de rap con tempos más lentos al que no descarta acercarse en el futuro, como ya ha hecho con el Funky en el corte más bailable de su último disco.
Mientras tanto, defiende un rap ilustrado y con valores. Asegura que "un rapero debe leer poesía" y, de hecho, en Alphabeto se marca una aliteración de tres minutos y medio. En ¡Bang Bang!, por su parte, defiende a sus referentes ("los dinosaurios a los que quieres jubilar son esos mismos que hace años te enseñaron a rapear"), dejando claro que, para él, el fin no justifica los medios ("yo no tengo tus millones de visitas, es verdad, pero tengo dos cositas: respeto y humildad").
Y aunque asegura que no hace rap político, como sus amigos de Los Chikos del Maíz, la corrupción —con alusiones a Urdangarin incluidas— es otra de sus grandes musas: "El partido más corrupto sigue siendo el más votado y eso es algo que me hace sentir muchísima impotencia. ¡Lo estamos viendo y no podemos hacer nada!".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...