El alcalde de Ripoll: "Los familiares de los terroristas temen el rechazo de sus vecinos"

Madrid

Ripoll (Gerona) es una localidad de unos 11.000 habitantes en la que la mayoría de los terroristas fueron guiados por Abdelbaki Es Satty, el imán sospechoso de adoctrinar y reclutar al grupo de jóvenes que atentaron en Cataluña.

Lo que para los vecinos de Ripoll era un simple grupo de jóvenes dedicados a su religión, se ha convertido en una pesadilla para todos. Jordi Munell, alcalde del municipio gerundense ha asegurado que nadie sospechaba nada y que la noticia fue recibida con dolor, rabia e indignación. "Solo sabíamos que rezaban mucho, pero ni su entorno familiar, ni laboral se imaginaban lo que ocurrió. Ninguno estaba siendo investigado, aunque aalguno sí había recibido denuncias por violencia doméstica", lamenta el alcalde.

La comunidad no detectó la radicalización del imán

Munell garantiza que la comunidad Annour no tuvo ninguna noticia de la extrema radicalidad con la que habría actuado el imán. "No escuché ninguna crítica hacia el imán. Cuando la comunidad detecta a un imán que confronta con la cultura occidental en todos los sentidos, son ellos los primeros que piden su cese y se busca a un sustituto. La propia comunidad es quien quiere asegurar una convivencia estable".

Según el político, la principal preocupación de las familias de los terroristas es que su entorno les rechace: "Los familiares de los terroristas temen al rechazo de sus vecinos". Munill ha instado a que la sociedad sea más "inteligente" y no caigan en lo que el Estado Islámico (EI) quiere, que no es otra cosa que dividir a las diferentes culturas y acorralar a los musulmanes para conseguir más adeptos.

Rechazo social hacia los familiares de los terroristas en Ripoll

Al alcalde solo le consta que una de las familias se ha marchado de la localidad, el resto ha permanecido en Ripoll, quienes están viviendo unos días de máxima tensión. Munill ha explicado que el padre de uno de los terroristas rompió a llorar públicamente en una tienda. "Ellos también son víctimas, no podemos tenerles miedo, principalmente porque su religión no les permite practicar la violencia". También ha pedido a sus conciudadanos que sean "capaces de diferenciar" y no estigmaticen a los padres y hermanos de los terroristas por los actos que han cometido.

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Jordi ha confirmado que los registros en la mezquita y en las viviendas de los terroristas continúan, pero que por el momento no hay ninguna información nueva: "Lo que se investiga forma parte del proceso policial y no tenemos acceso a ello".