Los Planetas, a ritmo de tragicomedia
Eric Jiménez acaba de publicar 'Cuatro millones de golpes', su autobiografía
La tragicomedia de Éric Jiménez
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Madrid
Eric Jiménez deja dos cosas muy claras para empezar: que la música no le ha salvado la vida y que, en realidad, no se llama Eric sino Ernesto. Pero el título de su autobiografía no solo hace referencia al desmadre inmortalizado en letra de Un buen día y, para entenderlo, hay que ir pasando páginas. Cuatro millones de golpes (Plaza & Janés, 2017) tampoco es solo el número de veces que ha percutido con sus baquetas: un padre ausente, matrimonio a los 16, un entorno marginal, mucha droga... Parece un auténtico milagro que esté de gira y no en la cárcel, la verdad.
Al preguntarle por qué sintió la necesidad de escribir responde, en primer lugar, que él no lo ha escrito y, de nuevo, no todo es lo que parece. Pero su explicación es convincente: llevaba años contando batallitas fascinantes que todo el mundo le decía que daban para un libro así que, cuando Holden Centeno le propuso hacerlo, aceptó. Eric grababa notas de voz de WhatsApp y luego, sin alterar la esencia del testimonio directo, la historia oral se transformaba en capítulos.
El resultado es una gran tragicomedia repleta de recuerdos relativos a su vida personal y también de instantes jamás contados sobre la historia reciente de la música en España porque Eric empezó a marcar el ritmo de forma instintiva, pero eso le llevó a una organización falangista, a las procesiones de Semana Santa, a una banda punk que, a modo de aplauso, recibía escupitajos y, algunos años después, a participar en la grabación de discos eternos, como el Omega, de Enrique Morente y Lagartija Nick, o Una semana en el motor de un autobús, de Los Planetas.
Eric Jiménez cuenta cosas curiosas, como que siempre ha sentido la necesidad de sentirse querido o que antes de insultar a alguien procura imitarle. También reconoce ciertas peculiaridades a la hora de tomar decisiones, como cuando en el FIB le preguntó a un grupo de tipos muy tatuados cuántos Phoskitos habían tenido que comprar para llenarse el cuerpo de calcomanías (teniendo que salir por patas), o como cuando los alucinógenos le hicieron perder varios aviones para viajar entre Mallorca y Granada. Ya en casa, por cierto, empezó a sentir taquicardias y Florent decidió que era mejor llamar a un veterinario que a una ambulancia...
Pero aunque el batería de Los Planetas vino a la SER para hablar de su libro, no esquivó ninguna pregunta. En su opinión, el indie era "algo muy naíf que hacían unos amigos sin mucha pretensión, que se consume en canales no muy convencionales y en lo que prevalece la calidad artística". ¿Conclusión? Que el indie se ha convertido en Los 40 Principales y ya (casi) no existe.
Cuatro millones de golpes es un libro lleno de drama y, sin embargo, muy divertido. ¡Como su autor! De hecho, al proponerle una foto para ilustrar esta entrevista, le preguntamos si era demasiada maldad retratarle en el lavabo, a lo que él accedió siempre y cuando fuese "con un gramito". Nunca sabremos si lo decía en serio, pero con lo que no bromea es con el público, que sí le ha salvado vida.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...