El testamento de la última Reina del Soul
Daptone Records edita el álbum póstumo de Sharon Jones, fallecida hace justo un año
Madrid
Sharon Jones luchó con una enorme determinación por sus sueños durante toda su vida. Peleó con fuerza y derrotó a todos aquellos que en algún momento pensaron que era demasiado vieja, demasiado gorda y demasiado baja para ser cantante profesional. Jones lo consiguió, alcanzó su meta a una edad en la que muchos ya no recuerdan lo que es soñar. Solo el maldito cáncer pudo con ella.
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Estando enferma siguió cantando, subiéndose a escenarios todavía sin pelo en la cabeza. “Quiero que la gente me vea así”, me contaba en una entrevista tras su regreso. Jones siguió en la brecha y verla sobre el escenario, aún convaleciente, resultaba un enorme ejemplo y un tremendo placer.
Sharon Jones murió el 17 de noviembre de 2016. La triste noticia de su inesperado adiós ensombreció el día a todos aquellos que amaban su música y que se habían enamorado de su historia y su lucha. Antes de morir, Jones volvió al estudio de Brooklyn. Ya no tenía fuerzas ni voz para ir todos los días, así que el equipo de Daptone se fue amoldando a sus tiempos. Y entre huecos se fue cocinando un disco que suena a despedida, pero a un adiós que transmite felicidad.
El último aullido de Sharon Jones
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Justo un año después de la muerte de la cantante llega a las tiendas Soul of a Woman, un testamento que rezuma fuerza, energía y vida en cada una de sus canciones. Mientras que Otis Redding o Janis Joplin murieron por sorpresa mientras grababan y sus últimas grabaciones son ajenas a ese inesperado final, el disco de Jones -como el de Cohen o Bowie- viene firmado por alguien que era consciente de que su tiempo expiraba. Pero en lugar de ser un álbum oscuro o melancólico, Soul of a Woman es la celebración de una vida y una carrera que duraron demasiado poco. Esta última entrega de la estadounidense capta las dos vertientes de su sonido, el lado salvaje -el más asociado a Jones- pero también su capacidad de conmover a través de baladas más espirituales como Call on God, el tema que cierra el disco y que es el único que firma la cantante.
La entrega final de Sharon Jones confirma la grandeza de una artista eterna, una mujer que cantó en bodas y que fue guardia de prisiones antes de debutar en la música en 2002 de la mano de Daptone Records. En este tiempo Jones aprovechó con fuerza su oportunidad. Grabó media docena de discos que reflotaron el interés por la música soul, un revival que impulsó Amy Winehouse, que compartía banda con Sharon, unos Dap Kings que primero se quedaron viudos y ahora huérfanos. "Nunca me han dado un Grammy ni seré una gran estrella, pero la música me dio la oportunidad de comprarle una casa a mi madre y sacarla de los pisos de protección oficial. Ver su cara cuando se sentó allí y me dijo lo feliz que era y lo orgullosa que estaba de mí fue increíble", explicó Jones en nuestro último encuentro. Hace un año nos dejó para siempre, nos dejó con un regalo. El testamento de la última Reina del Soul.