Millones de euros para los equipos españoles que han contratado a un jugador saudí

La llegada de nueve jugadores internacionales de Arabia Saudí a LaLiga ha generado muchas dudas. La más importante gira entorno al dinero que recibirán los clubes por estas cesiones. Fuentes de las negociaciones consultadas por la Cadena SER hablan de cifras superiores a los dos millones y medio de euros en patrocionios principales y espónsors indirectos por contratar a un futbolista durante seis meses en un club de Primera División. Estas promesas son inferiores en las entidades cuyos equipos militan en Segunda División, pero todos coinciden en que los gastos son mínimos ya que su sueldo lo pagan desde Arabia y las contrapestraciones rondan el millón de euros.

No todos los clubes han aceptado este dinero fácil. De los 30 que participaron en las diferentes actividades de captación y ojeo, solamente siete forman parte de la foto final. Muchos técnicos de nuestro fútbol consideran que los jugadores contratados "no tienen nivel para LaLiga" y por eso las operaciones se han cerrado en algunos casos a espaldas de los directores deportivos.

La fórmula básica consiste en recibir dinero de patrocinadores que tienen interés en que su nombre y el de Arabia Saudí se vincule con entidades occidentales de prestigio. Se espera por ejemplo que el Levante, ante la inminente visita del Real Madrid, pueda lucir un logotipo especial en la camiseta que superaría todas las espectativas de la entidad granota para temas de sponsor princiapal.

El Larguero ha confirmado que en ninguno de los contratos se especifica que estos futbolistas estén obligados a disputar algún minuto en la primera plantilla, lo que no impide que hayan firmado una claúsula de confidencialdiad mediante la cual perderán los posibles beneficios económicos en caso de que las cifras oficiales salgan a la luz.

La noticia ha caído como una bomba en el fútbol español, y más allá de la indignación existente en la RFEF tal y como adelantó Manu Carreño, se habla de un precedente muy peligroso. Son fichajes presidencialistas, sin tener en cuenta las necesidades técnicas de las plantillas, algo que no se recuerda en España con este formato masivo.

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