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EL INFIERNO DE EVA

"En casa eres peor que el felpudo y de puertas afuera hay normalidad absoluta"

Eva relata en la SER cómo empezó su infierno, con pequeños detalles aparentemente insignificantes pero que terminó con auténticas palizas, el aislamiento personal y la dependencia absoluta en lo económico. Su agresor pasará 8 años en la cárcel

Eva, víctima de violencia de género durante 11 años

Eva, víctima de violencia de género durante 11 años

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Madrid

El infierno de Eva (nombre ficticio) se remonta a 2003. Su marido la maltrató durante once años y acaba de ser condenado a ocho años de cárcel por la Audiencia Provincial de Vitoria. Este es su desgarrador testimonio.

Primera premisa Eva, no quiero que lo pases mal, pero sé que tú quieres contar lo que has vivido para que ese mensaje llegue a otras mujeres, a los maltratadores y a las autoridades. La sentencia dice que has vivido un infierno, un infierno de 11 años… ¿Cómo empezó, Eva?

Empezó como cualquier otra historia de una pareja, con mucha normalidad. Nadie sospecha que esto te va a pasar a ti. Comenzó con pequeños detalles que pasé por alto... enfadarse por detalles muy pequeños, ponerse celoso de cualquier amiga, de cualquier mirada....

¿Y de ahí, a palizas?

Primero fueron empujones, luego bofetones por los que me pedía perdón. Me decía que se le había "ido la mano", que "no volvería a pasar". Y le perdonas porque piensas que es puntual. 

Fue un infierno total físico, psicológico, de control y aislamiento social… 

Él siempre ha dispuesto del dinero que había en casa. No le gustaba trabajar y cuando tuvimos a la cría él dejó de trabajar. Llevábamos una doble vida. En casa eres peor que el felpudo y de puertas para afuera había normalidad absoluta. Aprendes a vivir con esa fachada, con esa doble mentira... Lo peor era al salir del trabajo; los 25 minutos de llegar a casa iba pensando a ver por dónde iban a ir los tiros. Al meter la llave en la cerradura me temblaban las piernas. Pero mientras la gente no lo supiera era más llevadero.

¿Te aisló de tus amigos y familia?

Me alejó de mis familiares más directos y de mis amigos de la adolescencia. Lo hacía porque son los que pueden notar tus cambios de humor, es la gente que le sobra. Te va despegando de la gente con la que has nacido... pero mientras yo era la primera que hacía ver que éramos totalmente normales.

¿Qué hacemos mal, la sociedad y los medios, para que no hayas denunciado en 11 años?

El problema es el pánico, el miedo, el qué va a ser de mí al día siguiente de poner la denuncia. Es fácil aconsejar denunciar, pero ¿y mañana?, ¿qué pasa?, ¿a qué riesgo me expongo? Más que por mí misma era por mi hija, es un riesgo permanente. No lo sabía nadie, yo no tenía medios económicos. ¿Por dónde empiezas?, ¿dónde vives? Es difícil romper con todo eso y dar el paso para denunciar por ese desconcierto. Venimos de mal aprendizaje, en la calle no se siente la consideración con el problema del maltrato... se ve como cosas que salen en la tele pero que no le pasa a mi vecina a mi hermana... y cerramos los ojos.

 
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