Mario Casas: "El personaje tenía que engordar, justo había dejado de fumar y tenía que sacar algo bueno de eso"
El actor protagoniza 'Bajo la piel del lobo' y se mete en la piel del último habitante de Auzal, un remoto y pequeño pueblo en las montañas
Mario Casas estrena la película 'Bajo la piel del lobo'. / Cadena SER
Madrid
El actor Mario Casas protagoniza Bajo la piel del lobo, una película dirigida por Samu Fuentes en la que interpreta a Martiñón, el último habitante de un remoto y pequeño pueblo perdido en las montañas.
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Este viernes, el actor ha acudido al programa Hoy por Hoy para hablar de esta película que es, en esencia, un cúmulo de sensaciones y sonidos de todo tipo. Antes de entrar de lleno en el tema, Casas ha confesado que la radio es "un sitio de paz, la radio es paz".
La entrevista ha girado entorno a los sonidos, las sensaciones y algo tan humano como es la soledad. "El personaje tiene que convivir con la naturaleza y consigo mismo". La clave de la película es "respirar" y "sentir" los sonidos y al final "lo de menos es lo que se dice".
En la película hay todo tipo de sonidos, hasta los desagradables, como es el de escuchar a alguien comer. "Buscamos el juego desagradable, el escuchar a alguien comer como un animal. Igual que las relaciones sexuales son bastantes fuertes" no por lo que se ve sino por lo que se escucha.
A este respecto, el diálogo no es lo que predomina en el film, sobre todo los primeros 17 minutos de la grabación. Casas admite que esto le echó para atrás en un principio pero, tras tres días pensándolo, decidió decir que sí. "No me veía del todo en el personaje. Veía mas a un Bardem o un Antonio de la Torre pero al final me tiré a la piscina".
Además, asegura que prescindir de algo tan importante como es la palabra no cambia la actitud del actor. "Cuando te adentras en un personajes de centras en lo emocional, te da igual el texto que tengas".
Por otro lado, cuando te metes en la peil de un personaje, no solo vale con interpretar sino que tienes que cambiar tu aspecto físico. En este caso, el protagonista de la película es un hombre corpulento y robusto. Este aspecto realmente le vino muy bien a Casas ya que haía dejado de fumar y estaba engordando. "El personaje tenía que engordar, justo había dejado de fumar y tenía que sacar algo bueno de eso" admite riéndose. "La interpretación me ha ayudado a dejar el mal vicio".
Cuando ves esta película, puede que te recuerde a otras como Bailando con Lobos, El Renacido y Solo en Casa. Aunque el protagonista de Bajo la piel del lobo está de acuerdo con estas comparaciones, apunta que el argumento no tiene nada que ver con El Renacido a pesar de llevar un abrigo parecido o las imágenes de la naturaleza. "La historia no tiene nada que ver, habla de otra cosa totalmente distinta (...) pero bueno, las comparaciones siempre van a estar ahí."