'La forma del agua' se corona en unos Oscar muy repartidos y con sabor latino

Madrid

Por mucho que se empeñe Trump en soñar con muros que dividan, el cine le devuelve a la realidad. Las barreras están en su cabeza, pero no en la sociedad de un país y una industria que reconoce el talento de sus vecinos. Guillermo del Toro completa el ciclo dorado del cine mexicano con el Oscar a mejor película y mejor dirección por ‘La forma del agua’. El realizador se suma a sus paisanos Alfonso Cuarón –ganador en 2014 por ‘Gravity’- y Alejandro González Iñárritu –vencedor en 2016 con ‘El Renacido’- con una fábula política que reivindica la mirada del otro, del diferente. Una limpiadora muda, una negra, un gay y un anfibio procedente de Latinoamérica luchan contra el sistema americano, nublado en su rivalidad con Rusia. A los dos premios en categorías principales, ‘La forma del agua’ ha añadido el Oscar a mejor diseño de producción y la estatuilla a mejor banda sonora para el virtuoso Alexandre Desplat.

Cuatro galardones para una gala con suspense que ha repartido Oscars sin complejos y con un marcado acento latinoamericano. Al reconocimiento a Del Toro se suman las estatuillas a ‘Coco’ (cinta americana de Pixar pero sobre el día de los Muertos en México) como mejor película de animación y con ‘Recuérdame’ como mejor canción, y el reconocimiento a la chilena ‘Una mujer fantástica’, de Sebastián Lelio, como mejor película de habla no inglesa. “Soy un inmigrante como muchos de vosotros. Estoy aquí y en muchos sitios, una de las mejores cosas que hace nuestra industria es borrar barreras”, ha clamado Guillermo del Toro ante el escenario del teatro Dolby de Los Ángeles tras escuchar también numerosas referencias al futuro de los ‘dreamers’.

Las categorías de interpretación han rehuido cualquier sorpresa. Todos los favoritos han completado su larga carrera de premios sumando la estatuilla de la Academia de Cine. Frances McDormand ha puesto en pie al público con su galardón a mejor actriz por ‘Tres anuncios en las afueras’, una madre coraje que ha desplegado también su ira para reclamar un lugar para las mujeres en la industria. Churchill le ha regalado a Gary Oldman (‘El instante más oscuro’) el título de mejor actor y, entre los secundarios, Allison Janney (‘Yo, Tonya’) y Sam Rockell (‘Tres anuncios’) han cerrado la temporada de premios por todo lo alto.

El apartado de guion se ha abierto a nuevas propuestas. El veterano James Ivory ha recogido a sus 89 años el Oscar a mejor guion adaptado por ‘Call me by your name’, esa incursión preciosista en el primer amor homosexual de un joven durante unas vacaciones en Italia, y el joven Jordan Peele se ha convertido en el primer negro en ganar mejor guion original por su taquillazo ‘Déjame salir’, una cinta pequeña de género que utiliza el terror para mandar un poderoso mensaje contra el racismo.

La campaña contra el acoso y el #MeToo ha quedado reducida a un vídeo protesta para un nuevo Hollywood presentado por tres víctimas de Weinstein. Solo McDormand ha pronunciado 'feminismo' y Jimmy Kimmel se ha inclinado por defender el movimiento estudiantil contra las armas. La inmigración y la situación de tantos jóvenes latinos ha cobrado protagonismo en una ceremonia que también ha guardado un sitio para el deporte. El demoledor retrato del dopaje en la federación rusa de 'Ícaro' ha conquistado el premio a mejor documental y Kobe Bryant ha teñido de dorado su poema de despedida del baloncesto al ganar el mejor corto de animación.

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