¿Lejía para curar el autismo?

Madrid

Esta tarde Carles Francino reflexionaba sobre el timo de los tratamientos alternativos que se aprovechan de la fragilidad y desesperación de enfermos y que últimamente parecen estar más en auge. La última en destaparse es el fraude de un señor que vende botellas con un compuesto parecido a la lejía que, según él, cura el autismo. 

Precisamente, esta mañana, se han entregado en el Ministerio de Sanidad casi 136.000 firmas conseguidas a través de Change.org para visibilizar que el autismo no se cura y mucho menos con lejía. Carmen Molina inició en julio esta petición para detener una charla el 14 de octubre en Lleida a cargo de Josep Pàmies, el hombre que promueve la venta de botellas de MMS (Agua Mineral Milagrosa). El MMS con esa especie de lejía industrial que está prohibida desde 2010 por la Agencia Española del Medicamento por sus efectos adversos y su peligrosidad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 21 de cada 10.000 niños que nacen en el planeta padecen autismo. Normalmente se identifican señales de alerta en el desarrollo de la persona con autismo entre los 18 y 24 meses de edad, aunque en muchos casos el diagnóstico no se realiza hasta edades más avanzadas. Son niños y niñas que poseen una comunicación e interacción diferente pero no es una enfermedad, sino una condición de la persona que tiene las neuronas ordenadas de forma distinta.

Carmen Molina es coordinadora del Comité para la Promoción y Apoyo de Mujeres Autistas nos ha contado el origen de esta historia que resurge como una estrategia que "según salen alarmas sociales con nuevas enfermedades se presenta como  cura para hacer negocio. Este señor vive en el Caribe en una mansión y tiene aspecto de secta porque captan a través de grupos de Facebook con coacción ante las dudas de los padres". "Juegan con la desesperación de los progenitores que van a la desesperada. En ese estado de shock ceden ante la presión sectaria", ha añadido.