LGTBIfobia en las aulas
No nos pensemos ni por un momento que no hay relevo generacional en esto de la homofobia; lo hay, ¡ya lo creo que hay!
undefinedVÍDEO: PABLO PALACIOS
Madrid
El debate sobre la palabra “mariconez”, que ha estallado estos días en ‘Operación Triunfo’, ha recorrido todo el país. No creo que a estas alturas haya casi nadie que no se haya pronunciado sobre si le parece bien, mal o regular lo de la canción de Mecano; si habría que cambiar la letra, si no… Anoche en la gala de ‘OT’ se cantó finalmente con el palabro –porque es un palabro que se inventó Nacho Cano en su día- y a la pobre Ana Torroja incluso la abuchearon un poquito.
Bueno, yo no quiero ya entrar más en el asunto, pero sí subrayar dos cosas: la primera que me parece sano, muy sano, que a alguien joven le chirríe un término que es claramente ofensivo. No me meto en la canción, ni en nada de eso, porque creo que es otro debate; pero la sensibilidad que hay tras ese gesto pues yo creo que está muy bien.
Pero dicho esto, y ahí va la segunda reflexión: no nos pensemos ni por un momento que no hay relevo generacional en esto de la homofobia; lo hay, ¡ya lo creo que hay! Y eso afecta –en calidad de víctimas- a gays, lesbianas, transexuales… Y por desgracia uno de los territorios donde esa intolerancia se manifiesta con mayor virulencia es en el ámbito escolar.
Hoy hemos invitado a dos personas, dos jóvenes que pasaron por esta experiencia para ver qué nos cuentan y ver qué conclusiones podemos sacar escuchándoles. Yo tengo una primera, muy obvia, pero que la quiero decir: Los niños –y las niñas- no es que nazcan crueles, o intolerantes, o agresivos, o faltones. Los chavales –y las chavalas- reproducen lo que les mostramos los adultos. A ver si la próxima vez lo pensamos antes de ofender a alguien.