Ridículo Supremo

Madrid

Definitivamente, no tenemos suerte, ¿eh? Por si había pocos problemas en este país, pocos líos en la agenda, el culebrón que se ha montado desde el viernes en el Tribunal Supremo a cuenta de las hipotecas y los bancos desborda cualquier previsión; parece un guion de tele. Y lo peor es que va a continuar al menos otras dos semanas porque hasta el 5 de noviembre no tendrá lugar la reunión, en principio definitiva.

Y sí, ya sé que el presidente del Supremo, Carlos Lesmes, ha jurado por sus muertos, bueno, lo ha dicho en un comunicado, que los jueces no han sufrido presiones, pero se mire por donde se mire resulta imposible sustraerse a esa idea, que casi parece una evidencia.

¿A qué si no todo un presidente de sala a las 24 horas de una sentencia que forzosamente tuvo que ser debatida, sopesada, analizada, discutida, aquilatada, a qué sale diciendo: “Huy, vamos a revisarla porque esto tiene una gran repercusión”? Pues sí, muy grande: buena para el bolsillo de millones de ciudadanos y no tan buena para los bancos, que de todas formas ya buscarán la manera de compensarlo, ¡seguro!, porque disponen de mecanismos para hacerlo.

O sea, que la sensación –inevitable- que te asalta ahora es pensar: “Y encima nos tomarán por imbéciles…”. En fin, en un país tan aficionado al juego como es España, ¿qué les parece si montamos una porra gigante para el 5 de noviembre? Diez a uno a que acertamos sobre quién acaba palmando. Se admiten apuestas.