Colter Wall, canciones de trenes, fogatas y diablos
El joven compositor regresa con nueva entrega tras el inesperado éxito de su disco de debut
Madrid
Colter Wall es una de las voces más excitantes de la música americana. Un tipo que nació en 1995 y en cuya voz se revive la tradición del country perdido. Un chaval de la frontera canadiense, de un lugar, como cuenta, en el que solo se puede ser granjero o trabajar en una plataforma petrolera. Lo que sí había en su pueblo era mucha música, tonadas cantadas junto al fuego, en bares de cerveza barata y parroquianos poco habladores.
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En ese ambiente creció Wall, que antes de cumplir los veinte se presentaba con 'Imaginary Appalachia', un EP llamativo y oscuro. Con aquella primera llamada, Wall se abrió camino hasta Austin, para presentarse en sociedad en el SXSW, uno de los festivales más importantes para artistas emergentes. De allí salió con Dave Cobb como productor, un tipo que está detrás de algunos de los discos más fascinantes de los últimos años. Juntos grabaron el homónimo debut de Wall, un álbum con el que el cantante y compositor demostró que tenía mimbres, que lo que mostraba aquel incipiente EP apenas era la punta del iceberg de su talento.
Tras el éxito de su primer largo, Wall se embarcó en una extensa gira, con parada en Madrid y Barcelona. Tras recorrer el mundo, el joven ha vuelto a formar equipo con su productor para dar forma a su segunda entrega, el fascinante ‘Song of the Plains’, un disco que rinde tributo a su tierra y que incluye versiones de músicos como el salvaje Billy Don Burns o el centenario Wilf Carter además de temas tradicionales de su tierra, canciones de vaqueros de autoría olvidada.
En este nuevo disco Wall pierde el efecto sorpresa, pero mantiene el pulso, la tensión y consigue reafirmarse. Canciones como 'Wild dog', donde se pone en la piel de un vagabundo en busca del siguiente destino, confirman que lo de Wall no fue el 'hype' de 2017.
Las nuevas canciones de Colter mezclan la tradición sonora de sus maestros, de los primeros outlaws del country, con el mundo actual, con retratos de nuestros días y de los problemas de la América de Trump. Temas que suenan añejos tras pasar por la voz y la guitarra de Wall, un tipo con un demonio bebido de bourbon anidando en su garganta.