Recuperar la confianza en las instituciones
Es el descrédito de las instituciones lo que hace florecer las soluciones políticas extremas que ahora vemos. Por eso es necesario que quienes tienen la obligación de defender las instituciones, se lo tomen en serio
Hoy volvemos a hablar de la Justicia. Porque hoy a las ocho de la tarde termina el plazo para que los partidos políticos presenten los candidatos que corresponde elegir al Parlamento como vocales del Consejo General del Poder Judicial.
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El 4 de diciembre expira el mandato del actual órgano de gobierno de los jueces y a nadie se le escapa el papel fundamental que tendrá su presidente, que es presidente a su vez del Tribunal Supremo. El hombre o la mujer que sustituirá a Carlos Lesmes, que sale muy tocado del cargo. Todavía se negocia ese nombre.
Hemos visto en el pasado prolongarse por intereses partidistas esa negociación, hemos visto chalaneo y tacticismo. Es de esperar que esta vez todos los partidos sean conscientes del grado de deterioro que a ojos de la ciudadanía tienen tanto la cúpula judicial como los propios partidos y que nos eviten el espectáculo.
Y si todavía tienen dudas, sólo tienen que echar un vistazo a la encuesta que viene publicando desde ayer EL PAÍS y que muestra la foto desoladora que deja esta década de crisis: la enorme desconfianza de los españoles en la clase política a la que responsabilizan en primer lugar de la Gran Crisis. Las heridas de esa crisis son tan grandes que una década después la desconfianza en el sistema y en sus instituciones, en todas, los partidos, el gobierno, la banca es muy evidente.
Y sin embargo, los españoles no están dispuestos a pasar de la política. Al contrario, estos años dejan una ciudadanía más activa y más crítica, más dispuesta a asumir el esfuerzo de las tareas colectivas. Lo demuestra la segunda entrega hoy de esa encuesta de la empresa 40dB, de Belén Barreiro, para El PAÍS.
El 71 por ciento de los españoles está dispuesto a pagar más impuestos para sostener unas pensiones dignas. Y el 65% está dispuesto a pagar más impuestos para combatir la desigualdad.
Parece que no pretenden cargarse el sistema, sino que el sistema funcione pensando en ellos. Es el descrédito de las instituciones lo que hace florecer las soluciones extremas que ahora vemos. Es ahora cuando empezamos a pagar la factura política de esta década. Urge recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, pero para eso lo que urge de verdad es que quienes tienen la obligación de defenderlas se lo tomen en serio.