El Camp Nou dictará sentencia

El primer envite de la temporada, la ida de la Supercopa de España, tuvo de todo. Goles. Polémica y golpes de suerte. Mandó el Madrid en la posesión de balón, pero los azulgranas tuvieron esa suerte que tienen los campeones en los momentos más claves para salir vivos del Bernabéu. Así, el Camp Nou dictará sentencia y decidirá cuál de los dos grandes da primero y qué consecuencias tiene durante el resto de la temporada.

Ampliar

Saltó el Madrid al Bernabéu con las ideas muy claras. Presionar y quitar la pelota al Barça. Dicho y hecho. Los azulgranas, que están muy lejos de su mejor forma, se quedaron sin el balón ante un Madrid imperial, que se hizo amo y señor del partido.

Los blancos, sin ninguna cara nueva en el 'once', se quitó el traje rácano que se puso la temporada anterior y que tanto avergonzó a muchos madridistas. Con todas sus líneas más adelantadas, se adueñó del campo azulgrana y atosigó a los hombres de Guardiola, que corrían detrás de la pelota. Ni rastro de Alexis ni Thiago, las dos novedades de Guardiola en su 'once'.

El gol blanco parecía cuestión de tiempo y llegó en el minuto 12 cuando Özil culminó una jugada brillante de Benzema. El francés, mucho más estilizado que en la campaña anterior, fue el mejor de los suyos en la primera mitad. Minutos antes pudo ser él mismo el que inaugurase el marcador, pero Valdés, muy acertado, logró desviar la pelota.

El Madrid continuó mordiendo a los azulgranas, que esperaban en su campo a que amainase la tempestad. Lo hizo y de forma rotunda. A base de goles. Primero uno de Villa en el minuto 35 y luego otro de Messi cuando agonizaba la primera mitad.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

El asturiano firmó el gol más bello del encuentro con un tiro acertadísimo desde la frontal del área, que sorprendió a Casillas, que ni la tocó, y a todos los madridistas. El Bernabéu se quedó mudo y el equipo blanco, tocado. Y es que los de Mourinho recibieron de su propia medicina. Dos goles cuando mejor jugaban.

La segunda mitad arrancó con los blancos cabizbajos y sin creerse aún que fuesen abajo en el marcador tras una mitad en la que habían sido tan superiores. Y en el minuto 54, de nuevo cambio de rumbo del encuentro. Y de nuevo, gracias a un gol. El autor, Xabi Alonso. El donostiarra resucitó a su equipo tras aprovechar un pase de Pepe.

El Madrid se agarró entonces a una de sus señas de identidad, la garra y el pundonor, para tratar de conseguir un marcador más positivo con el que viajar a Barcelona. Pero se notó el bajón físico. Tanto en el Madrid, muy superior en este aspecto, como en el Barça.

El partido, "el más importante de la pretemporada y el menos de la temporada" como lo calificó Mourinho, se endureció. Se sucedieron entonces las jugadas polémicas, que nunca falta en los Clásicos. Primero por una caída de Cristiano Ronaldo en el área pequeña tras un encontronazo con Valdés. El árbitro, Teixeira Vitienes, con mucha mano ancha durante todo el partido, ni se inmutó mientras Mourinho levantaba los brazos en claro signo de disconformidad. Y luego por otra caída de Pedro en la zona de Casillas. Tampoco pitó nada Teixera en esta ocasión.

Así todo, el Camp Nou decidirá cuál de los dos se lleva el primer trofeo del año.