El Barcelona hace añicos la presión del Madrid de Mourinho
Los de Guardiola sobreviven a la intensidad del Real Madrid y a su presión asfixiante sufriendo en el primer tiempo y reencontrando su juego en el segundo. Marcaron Benzema, Alexis, Xavi -de rebote- y Cesc
Real Madrid y Barcelona volvieron a demostrar que es imposible cansarse de los clásicos por muchos que se jueguen. Los equipos de Mourinho y Guardiola protagonizaron uno de los mejores duelos posibles en el que el Madrid brilló en la presión y el Barcelona, en su capacidad para no traicionarse nunca.
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Nuevo triunfo de Guardiola en el Bernabéu. Esta vez no para sentenciar el campeonato, sino para evitar que el Madrid lo hiciera. Llegaba el Madrid mucho más enchufado al partido y quiso demostrarlo con una presión que se le atragantó al Barcelona durante toda la primera mitad y gran parte de la segunda. Pero los blaugrana jamás dieron un pelotazo, sino que redoblaron la apuesta por su estilo, lo que a la postre acabó dándoles la victoria.
El comienzo del encuentro dio la razón al planteamiento de Mourinho y la presión de su equipo se tradujo en el primer gol de la noche. El Madrid obligó al Barça a construir a partir de Valdés -mejor siempre que a partir de Xavi o Iniesta-, el guardameta erró en el pase, interceptó Di María, el balón llegó rechazado a Özil y por último a Benzema, que con el tanto volvió a agradecer a Mou su advenimiento como nueve blanco.
Menos de treinta segundos y el Madrid ya tenía ventaja en el marcador. No era un resultado descabellado después de la pegada demostrada por los blancos en el campeonato. Benzema logró el gol más rápido que se puede ver en un Clásico, pero el Barça no se rindió. Y tenía licencia para hacerlo, porque una y otra vez el Real Madrid puso en evidencia las dificultades que tenía esta noche para sacar el balón, sobre todo Víctor Valdés.
Solo en los primeros minutos tuvo el Barcelona una ocasión. Fue para Messi, que logró que se luciera Casillas. El guardameta apareció para completar el buen trabajo que estaban haciendo en ese momento los Özil, Lass y compañía achicando los espacios al Barcelona. El Madrid tuvo muchas más. Un cabezazo de Benzema, uno de esos disparos de Cristiano desde muy lejos...
El balón era blanco. Xavi no lo encontró en mucho tiempo. Y mucho menos Iniesta. Pero el Barça seguía con vida. Por eso se apareció Messi, tan oportuno como siempre, para robar un balón en las narices de Ramos y regalárselo a un Alexis que había dejado en el banco a Villa. Su tiro cruzado no pudo alcanzarlo Casillas.
Más presión... y más toque
Ninguno de los técnicos cambió el guión. Quizá porque ambos sabían que estaban tirando de sus mejores argumentos. El Madrid, de la presión. Y el Barcelona, de la constancia y la persistencia en su interés por la pelota a pesar de las muchas pérdidas que había sufrido a lo largo de la noche.
El encuentro se convirtió en un partido de ida y vuelta con momentos de alta tensión, aunque siempre dentro de los límites de lo razonable -no como en cruces anteriores-. Y en una de esas llegó el gol de Xavi. La fortuna se alió con el crack del Barça y dio la espalda a Casillas, que solo pudo ver cómo la pelota entró en su portería después de que el disparo de Xavi rebotara en Marcelo.
Siguió igualado el encuentro durante algún tiempo, el que tardó en aparecer Andrés Iniesta. Quizá se aprovechó de que no hay presión que noventa minutos dure. Porque hubo un momento en el que al Madrid le empezaron a pesar las piernas y fue cuando apareció el de Fuentealbilla. De sus botas salió el tercer tanto del encuentro. Abrió a la derecha y se encontró con Alves, que sirvió un balón al segundo palo para que el mejor llegador de la Liga, Cesc Fàbregas, hiciera el tercero en un cabezazo cruzado.
A pesar del coste de la presión, con el Madrid físicamente un punto por debajo del Barcelona, los de Mourinho se volcaron en la portería del F.C. Barcelona. Lo intentaron por todos los medios. Con Kaká, con Benzema, con Higuaín y, como no, con Cristiano Ronaldo. Valdés tuvo trabajo para rato. Como también Piqué, Puyol, Abidal y todos los que se tuvieron que replegar.
Sin embargo, en su generosidad tuvo el Madrid su penitencia, ya que cuando perdía el balón el F.C. Barcelona salía disparado hacia la portería de Iker Casillas. Tal fue el espectáculo que por momento dieron los culés que el Bernabéu despidió con aplausos la retirada de Andrés Iniesta. Y seguro que no fue por aquel gol que nos hizo a todos campeones del mundo.
Gran gesto de la afición blanca, que sabe que hay Liga a pesar de la victoria del Barça en el Bernabéu. No en vano, ambos equipos están empatados a puntos pero los de Guardiola han disputado un partido más, el que ganó al Rayo Vallecano antes de marcharse a jugar el Mundialito.
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Alfredo García
Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...