El sonido también importa

Al cine o a la discoteca, en casa. Para explicar por qué los españoles preferimos cada vez más el ocio doméstico no hay que echar la culpa a la crisis, sino a los nuevos adelantos tecnológicos, que nos permiten disfrutar en el hogar de calidades profesionales tanto en imagen como en sonido.

Los altavoces ejercen un papel esencial en esta tendencia de vivir de puertas para adentro, siempre que el grosor de nuestras paredes y, sobre todo, nuestros vecinos, acepten el volumen que pueden llegar a ofrecer, ya sea para disfrutar del sonido envolvente de una película o para vibrar con los graves de nuestras canción favorita.

Podría decirse, de hecho, que el altavoz portátil ha matado a la clásica minicadena. O casi. No es para menos cuando sólo se necesita conectarlo con un aparato mp3 o un smartphone para bailar durante horas con la nitidez de modelos como el contundente Bose SoundDock 10 Digital, el divertido Philips Fidelio, el elegante Loewe Air Speaker o el famosísimo Zeppelin Air de Bowers & Wilkins. Aparatos compactos que pueden colocarse en cualquier estancia de la casa sin necesidad de liarse a tirar cables o sacrificar los criterios de decoración más exigentes.

Claro que todavía hay nostálgicos del formato físico como el CD o LP. Precisamente éste último está viviendo una segunda juventud gracias a las re-ediciones de álbumes clásicos que aparecían descatalogados, aunque los grupos más actuales también se preocupan de lanzar sus nuevos trabajos en vinilo enfocados, sobre todo, a perfiles más exigentes y melómanos.

Para ellos también existen sistemas domésticos de alta calidad y presencia más contundente, como los altavoces 5.1 Logitech Z506, que ofrecen un excelente sonido 3D envolvente; los Bose Companion Serie II, con tecnología TrueSpace, o los Kef 735, con una sensibilidad de 91dB.

¿A que ahora no te parece tan mala idea insonorizar tu casa?