Los 7 conflictos del pan con tomate
- ¿Ajo? Hay mucha gente que frota un diente de ajo sobre el pan tostado antes de restregar el tomate. Es una forma de aromatizar pero hay discrepancias y, en general, se considera una evolución. Tampoco se utilizan hierbas aromáticas o especias: ni pimienta, ni orégano. Nada de nada.
- Sal: mejor si la espolvoreamos sobre el pan antes de incorporar el tomate y así se extenderá bien al restregarlo.
- Tomate: es imprescindible utilizar tomates de colgar, tomacó (Castellón), tomàquet de ramallet (Catalunya) o tomàtiga de ramallet (Baleares) porque durante el proceso de conservación o de cuelgue se pasifican ligeramente, pierden acidez y parte del agua de la pulpa, concentrando aromas y sabores. Cuando restregamos el pan, toda su carne se deshace y nos quedamos prácticamente con la piel. El pan queda impregnado pero no mojado. Además hay que cortarlos de forma transversal, por su ecuador, y frotar contra la rebanada de pan. Una cara o las dos.
- El aceite tiene que ser de oliva virgen extra y de la variedad preferida: arbequina, picual, picuda… Un buen coupage pero siempre con un poco de carácter. Más intenso o más suave dependiendo de si vamos a tomar el pan con tomate solo o acompañado de otros alimentos. Pero seamos siempre generosos al rociar con abundancia y con calma para que penetre bien en la miga.
Pan remojado + Tomate oxidado + Aceite rancio = ¡Un desastre!