Termina con relativa normalidad la jornada electoral en Afganistán
La población decidía entre una vía continuista o los candidatos de oposición a Karzai
Afganistán ha celebrado unas elecciones provinciales y presidenciales marcadas por la salida del poder de Hamid Karzai, quien ha encabezado el país los últimos diez años tras la caída del régimen talibán, y en medio de la retirada de las tropas internacionales y la amenaza del grupo insurgente, que había prometido boicotear el proceso.
Los más de 6.000 colegios electorales abiertos en Afganistán han cerrado sus puertas a los ciudadanos a las 17.00 hora local, aunque muchos mantienen la actividad hasta que voten las personas que llegaron antes de la clausura.
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El cierre se ha producido una hora después de lo previsto en principio, después de que la Comisión Electoral haya extendido 60 minutos el horario de los colegios electorales, algunos de los cuales incluso se quedaron momentáneamente sin papeletas por la afluencia de votantes.
Según medios y organizaciones locales de observación electoral, esta primera vuelta de los comicios presidenciales y provinciales ha registrado una buena participación a pesar de las inclemencias del tiempo en partes del norte de Afganistán.
La Comisión Electoral dará una primera estimación del número de votantes esta noche, según una portavoz del órgano electoral, Marzia Siddiqui.
Durante la jornada no se han registrado atentados importantes por parte de la insurgencia, aunque según la Comisión Electoral, 211 de los 6.423 colegios del país tuvieron que cerrar en algún momento del día debido a incidentes diversos.
El ataque más grave se ha producido en la provincia meridional de Zabul, donde dos policías han muerto y otros dos han resultado heridos al explotar una bomba al paso del vehículo en el que viajaban, según autoridades locales.
Tras votar esta mañana en la capital, el actual presidente, Hamid Karzai, ha manifestado su deseo de que "los afganos voten por su candidato elegido" y ha felicitado a los votantes por ir a las urnas "para escoger a su futuro presidente incluso con este mal tiempo".
En este contexto hay tres principales candidatos para tomar la iniciativa: el exministro de Finanzas Ashraf Ghani; el exministro de Exteriores Abdulá Abdulá; y el también exministro de Exteriores Zalmai Rasul, que cuenta en su candidatura con Qayum Karzai, hermano del mandatario.
Ghani se postula como el favorito en base a las últimas encuestas y gracias al respaldo recabado por su candidato a la vicepresidencia, Abdul Rashim Dostum, un antiguo señor de la guerra y líder de la comunidad uzbeka del país. Ghani es además uno de los candidatos con mayor proyección internacional gracias a sus anteriores trabajos en el Banco Mundial y su papel como ministro de Finanzas.
Rasul, un aliado cercano del presidente y miembro de la tribu pashtun, ha contado con la incorporación de Qayum a su candidatura tras considerar que por sí mismo no conseguiría los respaldos suficientes, optando por la opción más cercana a las políticas de su hermano. El exministro de Exteriores ha hecho girar su campaña en torno a la lucha contra la corrupción y el refuerzo de la seguridad, precisamente dos de los puntos negros de la Administración Karzai.
Por su parte, Abdulá fue ministro de Exteriores entre 1998 y 2001 de la Alianza del Norte -coalición de facciones guerrilleras creadas en 1996 con el objetivo de derrocar el régimen de los talibán- y posteriormente entre 2001 y 2005 cuando se retiró para optar a la Presidencia.
Asimismo, a las elecciones concurre Gul Agha Sherzai, considerada una figura cercana a los talibanes y que podría movilizar los votos de aquellos sectores cercanos a los insurgentes que opten por participar en los comicios.
Despliegue y amenaza talibán
El Ministerio de Defensa ha anunciado el despliegue de 195.000 efectivos de la Policía Nacional (ANP), de la Dirección de Seguridad Nacional (NDS) y del Ejército Nacional (ANA) en todo Afganistán para velar por la seguridad de los comicios.
Los talibanes emitieron en marzo un comunicado amenazando con llevar a cabo atentados contra las elecciones presidenciales. En el mismo, dijeron que los comicios son una "farsa" orquestada por Estados Unidos y aconsejaron a los ciudadanos que se abstengan de participar en ellas porque sería como ayudar a los "infieles".