'Gomorra': no es 'The Wire', no necesita serlo
La ficción italiana concluye en laSexta con pobres datos de audiencia pese a su destacable nivel de calidad.
Las comparaciones resultan incómodas y, casi siempre, injustas. En la que se ha hecho entre la serie italiana 'Gomorra' y la obra maestra de HBO 'The Wire', además de resultar una comparación incómoda e injusta es del todo errónea. 'Gomorra', que este lunes llegó a su final en laSexta con bajos datos de audiencia, ni se puede comparar a 'The Wire' ni necesita hacerlo para desmarcarse como una gran serie de firma europea.
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La magnanimidad de 'The Wire' reside en la mirada cruda, distinta y profunda de todos sus personajes en todas sus tramas, narradas hábilmente de manera independiente, pero inevitablemente unidas entre sí de tal manera que todo es causa y efecto a la vez. Se crea en 'The Wire' el reflejo incómodo de esa sociedad de Baltimore que, primero sorprende al espectador, después lo encoleriza y finalmente termina por sumirle en un profundo sentimiento de tristeza que es el que provoca la asunción de que a demasiados poderes e instituciones les viene de maravilla que algo siga oliendo a podrido en Dinamarca.
El hedor que desprende la corrupción política, mediática, la perversión de un sistema educativo público y la permisividad interesada con el narcotráfico, permite en ciertas esferas que el único olor que se respire sea el del dinero. Eso es la obra de David Simon para HBO, 'The Wire'. Una joya audiovisual imposible de definir en dos párrafos y, probablemente, tampoco en un libro.
Lo de 'Gomorra' es diferente. Sí, abarca el mundo del narcotráfico, de la lucha de clanes y bandas en la calle, de los niños que maduran con una pistola en las manos y, a veces, con un disparo en la cabeza. Sí, 'Gomorra' es terriblemente dura y cruel, pero ni se debe comparar con 'The Wire' ni nace con esa pretensión. Como tampoco debería compararse con otras ficciones de mafia ('El Padrino', 'Los Soprano', 'Boardwalk Empire', 'Uno de los nuestros', 'Scarface'...) ya que en 'Gomorra', a diferencia de todas ellas, al espectador le sacude constantemente la certeza de que la miseria moral y humana a la que asiste frente a su televisor podría perfectamente ser una serie documental . Los personajes de 'Gomorra', siendo ficticios, son puros espejos de una parte de la dura realidad de Nápoles.
Es este el único punto en el que 'Gomorra' puede entablar comparación con ciertas tramas de 'The Wire'. Y eso, lejos de ser peyorativo para la ficción italiana (coproducción de SKY Cinema, Cattleya, Fandango y La 7 y Beta) es todo un elogio.
Más que una guerra de clanes mafiosos
"A la gente que te hace ganar dinero no se la mata, se la compra". Es una frase del último episodio de 'Gomorra'. Se la dice uno de los veteranos del clan Savastano a uno de los ambiciosos jóvenes. Los que detentan el poder contra los que persiguen alzarse con él.
La frase simboliza muy bien dos de los pilares de la sociedad napolitana en la que se mueve la Camorra: en Nápoles, la lealtad tiene un precio y la vida el valor de un gatillo y una bala. Una vida vale más o menos en función de lo provechoso que puedas ser para el clan al que perteneces -o al que te hacen pertenecer- y las lealtades, los abrazos y los besos no son más que fajos de billetes.
'Gomorra' es una ficción de varios niveles. Por encima de todos el de la lucha de dos clanes, el de los Savastano y el de Conte. Así comienza la serie y así termina. Entre medias, un sinfín de golpes entre ellos. Una guerra en la que el clan vencedor es el que termina batalla con menos muertos. Como resume también otra frase del último episodio, "la guerra no la vence el más fuerte, sino el que mejor sabe esperar".
Un enfrentamiento que en 'Gomorra', como ya ocurriera en la película de Mateo Garrone y en el libro de Roberto Saviano en el que se basan ambas obras audiovisuales, se enfoca desde distintos puntos. La serie convierte en protagonistas de sus capítulos a personajes episódicos o muy secundarios que posibilitan la existencia de ese segundo nivel, más allá de la trama, que es el que le da el salto de calidad a esta producción.
En ese segundo nivel es donde aparecen las miserias del dinero de unos capos mafiosos que cubren su cuerpo en oro mientras se refugian en mansiones deslucidas por los altos muros de hormigón para convertir su propia casa en fortalezas. En ese segundo nivel es en el que se aprecia el nulo valor de la amistad en esta zona de Italia en la que entre un abrazo y un disparo mortal solo media la orden de un superior del clan. Y, seguramente, lo más duro, en este nivel que subyace en 'Gomorra' es en el que se percibe cómo la sociedad napolitana se ha acostumbrado a vivir en un estado de guerra permanente, tengan algo que ver con el mundo de la camorra o no: ancianas que no se inmutan cuando ven a unos jóvenes convirtiendo los pasillos de un bloque de pisos en improvisado dispensario de droga, familias que pasean por las calles mientras el sonido de un disparo se mezcla con el rumor del tráfico, asesinatos en los informativos de jóvenes de sus plazas... El horror de la guerra se ha convertido en normalidad en esta sociedad que dibuja y relata con maestría 'Gomorra'.
Interpretaciones y guion mejorables
En el aspecto más artístico y técnico de la serie, el guion de 'Gomorra' es mejorable. El diseño de algunos de sus personajes deja bastante que desear y ninguno de ellos rompe en un gran personaje. Quizá porque la historia y el ambiente deban estar por encima de los personajes, quizá porque, interpretativamente hablando, 'Gomorra' tiene un nivel muy justito. Entre los trabajos actorales más destacados, Marco D'Amore en el papel de Ciro di Marzio y Marco Palvetti en el de Salvatore Conte, de lo mejor de la serie.
La dirección de esta serie es loable así como su oscura y fría fotografía que entumece el gesto de sus personajes y hiela la sangre del espectador en determinados compases. 'Gomorra' es una serie rica en exteriores (prácticamente todo son exteriores) y en localizaciones habiendo trasladado su rodaje a varias ciudades en busca de escenarios reales: Nápoles, Barcelona, Milán y Ferrara.
Se agradece mucho la variedad estructural de la serie y el no abusar de finales de capítulo en alto, como tampoco contienen sus tramas giros de tuerca efectistas. El efectismo en 'Gomorra' está en la crudeza de su realidad.
Posiblemente, la serie hubiera quedado más redonda en una temporada de 10 episodios, ya que decae en su parte media. El final es más que correcto permitiendo una segunda temporada que, de momento, no existe.
En España, 'Gomorra' se ha podido ver desde el mes de septiembre en laSexta en la complicada noche de los lunes donde ha debido competir con otras ficciones nacionales de éxito como 'Isabel', 'Chiringuito de Pepe' o 'La Que Se Avecina', con el hándicap añadido de un mal doblaje y su duración (50 minutos) que obligaba a la emisión de dos episodios por semana.
En laSexta, los doce episodios de 'Gomorra' han promediado casi 1,1 millones de espectadores con un 6,3% de share, lejos del 8,4% que ha promediado laSexta en septiembre en la franja del prime time y por debajo también de la media de la cadena. 'Gomorra' sigue disponible en España a través de la plataforma digital Wuaki.tv.
Para Atresmedia ha sido una apuesta que no le ha salido del todo mal (no ha funcionado peor que otras series extranjeras que emite y el coste de adquisición no ha sido alto) y cuyos resultados en audiencia, probablemente, intuían antes incluso de estrenarla. 'Gomorra' pertenece a ese género de ficción para televisión que desde su concepción rechaza ser para todos. Son series de nicho... y, en este caso en particular, de calidad.
En eso sí puede compararse a 'The Wire', porque que nadie dude que la serie de David Simon se hundiría en audiencia. Ya lo hizo incluso en el cable de EEUU. Pero HBO se permitió el lujo de mantener con vida una de las más grandes obras de la historia de la ficción. Por encima de críticas y de audiencia. Por eso nada es comparable con 'The Wire'.
- <a name="despiece1"></a><b>Audiencias de 'Gomorra' en laSexta</b>