El titubeante 2015 del Real Madrid
Los blancos cuentan sus partidos por derrotas en este inicio de año
Madrid
Tres partidos, tres derrotas. Este es el balance del Real Madrid en un 2015 infausto para los hombres de Ancelotti. A la imperiosa racha de victorias con la que terminaron 2014 –llevaban 22 triunfos consecutivos- le han seguido una derrota en una pachanga en Dubai ante el Milan, otra en Liga en Mestalla y una tercera en Copa ante el Atlético de Madrid.
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Por ahora no han saltado las alarmas, -“hablar de crisis es exagerado”, dijo Ancelotti anoche-, pero el bajón del equipo es evidente, tanto en las marcas como en el juego. En esos tres duelos han hecho tan sólo tres goles y han encajado ocho. Es ahora este Madrid uno espeso, que mastica y mastica una jugada que no llega a ninguna parte. “Necesitábamos más eficacia, más juego vertical y más profundidad y hemos jugado con pases más horizontales”, explicó Ancelotti con la ceja levantada.
Más pases horizontales y menos profundidad tuvo ayer el Madrid en un partido en el que Ancelotti optó por poblar más el centro del campo con Khedira -hay muchos lamentos por la ausencia de Modric por lesión- y quitar un hombre de ataque. El que se quedó en el banco fue Cristiano Ronaldo. Sin aparentes problemas físicos porque jugó la última media hora de partido, la decisión sorprendió a propios y extraños. El portugués ha empezado 2015 como el equipo en general, mal. No tiene ni la velocidad ni el acierto con el que terminó 2014.
Pero el hombre más señalado de este titubeante inicio de año es Gareth Bale. No dudó Ancelotti en sentarlo en Mestalla después de una jugada cuando menos polémica que el galés, aún con el 1-1 en el marcador, optó por culminar mientras Benzema, libre de marca, se desgañitaba para que se la pasase. El italiano lo exculpó después públicamente con un “hizo lo justo”. Tampoco a Benzema se le ve la finura de hace unas semanas.
Pero no es sólo cuestión del ataque, la modorra es general. Tan sólo Marcelo –el más destacado ayer- e Isco parecen mantener el nivel del mes pasado. Ayer se vio fallar pases claros hasta a Kroos.
Y de nuevo ha aparecido ese mal que tanto tiempo ha traído de cabeza al Madrid, los goles a balón parado. Ayer Keylor encajó un gol de cabeza de Giménez que nació en un córner. Uno calcado al que recibió Casillas el domingo en Mestalla.