Ocio y cultura

El blues y la nostalgia del desierto

Tinariwen, la gran banda tuareg, termina un 2014 en el que han recorrido el mundo presentando el primer disco que han grabado fuera de África

Quien visita el desierto por primera vez queda sobrecogido por la inmensidad. Muchos lo comparan con la impresión que causa ver el océano o la nieve por primera vez. Ese silencio de lo aparentemente infinito. Esa grandeza de horizonte que se abre ante ti. Los habitantes del desierto tienen cosas en común con los marineros que pasan largas temporadas en mar abierto. Acaban encontrando señales en la nada, rutas en el caos, compañía en las estrellas y un silencio impotente que lo domina todo. Esas personas que viven en hábitats ajenos al hombre desarrollan un carácter peculiar, una forma diferente de entender el mundo.

El desierto es el hogar de Tinariwen, la veterana banda tuareg que lleva treinta años en la música. Tinariwen ha recorrido el desierto y conoce sus secretos, sus trampas y sus escondites. De sus dunas ha nacido un blues tuareg, un canto roto y pausado de lamentos y sonrisas. Una música que ellos llaman assouf, que significa nostalgia. Una música que surge de lamentos, lamentos por la propia historia de su estirpe, una historia marcada por la guerra que asoló Mali y que enfrentó a su etnia con el gobierno. La banda surgió en los años 80 tras los enfrentamientos de los setenta y su música era un canto a la paz, a la esperanza. El blues les une a aquellos africanos que fueron llevados a América como esclavos. Ellos cantaban en los campos de algodón y Tinariwen canta recorriendo el desierto. Las diferencias son muchas, la esencia de la música es la misma. Distintos matices y evolución para un mismo espíritu.

Tinariwen, el blues y la nostalgia del desierto

Tinariwen no deja de ser una banda especial, una banda eléctrica del desierto, una formación que asume la tradición de su tierra y la lleva a su terreno, un terreno donde el blues baila con el rock entre ritmos africanos y árabes. El grupo, que se mueve entre Kidal, Tessalit, Timiaouine y Tamanrasset, editó su primer álbum en el 2002 tras años de canciones. Aquel disco, grabado en una emisora de radio con energía solar, presentó en sociedad a esta banda que desde entonces ha ido consolidando su éxito internacional con Grammy incluido y actuación en el Mundial de Sudáfrica de 2010. Sin embargo, todo ese éxito no ha cambiado la esencia del grupo. “Nuestro estilo está esencialmente ligado a nuestro entorno, el exilio, el amor por nuestro desierto, por los nuestros y su manera de vivir”, apuntaba la banda en una entrevista reciente.

Tinariwen ha pasado por muchas etapas y por la banda han pasado muchos músicos que con los años han ido formando nuevos grupos que siguen el legado de la gran banda tuareg. Atrás quedan los años en los que el grupo solamente era conocido en el desierto, en los que posaban con la guitarra al cuello y el rifle en las manos. La vida del pueblo tuareg ha marcado también la historia del grupo. La sublevación de los años 90 en Mali o la de principios de siglo contra el gobierno de Níger no han alterado la idea ni el mensaje del grupo, tampoco la revuelta de 2012. “Nuestro discurso es el de la paz, el de la necesidad de encontrarla para nuestro pueblo y cubrir las necesidades esenciales para vivir en nuestra tierra en libertad”, explican. Pero ese mensaje de paz se interpreta desde distintos focos. El grupo lo fundó hace tres décadas Ibrahim Ag Alhabib. Ibrahim estaba en el exilio –creció en un campo de refugiados de Argelia- y cuando el coronel Gadafi ofreció al pueblo tuareg la posibilidad de entrenarse en sus campamentos, Ibrahim y más compañeros de banda dejaron las guitarras y cogieron los fusiles. Más tarde regresó a su tierra y se centró en la música, en el poder de la guitarra para remover conciencias y compartir ideas.

DISCOGRAFÍA

2014: EMMAAR. 2011: Tassili. 2009: Imidiwan. 2007: Aman Iman 2004: Amassakoul 2001: The Radio Tisdas Sessions

Desde entonces, Tinariwen no ha dejado de crecer y de conquistar públicos. En 2011 la banda publicó ‘Tassili’, un álbum que les daría el reconocimiento absoluto y un Grammy tras el buen recibimiento que tuvieron ‘Amassakoul’ (2004) y ‘Aman Iman’ (2007). En ‘Tassili’ colaboran Nels Cline (Wilco) o The Dirty Dozen Brass Band y el disco terminó de derribar todas las barreras convirtiendo al grupo en una de las bandas más importantes de África. El poder de las canciones de Tinariwen, de sus ritmos lentos, de sus mensajes y de su nostalgia ha conquistado también a decenas de artistas que como Damon Albarn, Robert Plant o Santana se han rendido a su fuerza. Puede que todo esto llevara a la banda a asaltar el mercado estadounidense y a grabar ‘Emmaar’ (2014) en otro desierto, el de Mojave. Allí han compartido su primera experiencia discográfica fuera de África con músicos estadounidenses y han matizado su sonido sin convertirlo en algo diferente. Las canciones de ‘Emmaar’ mantienen esa nostalgia, esos sonidos olvidados del desierto, esas conexiones entre el hombre y la duna, entre los anhelos y las pérdidas de un pueblo sin fronteras que recorre el mundo como los viejos nómadas, nómadas con guitarras que hacen blues, aunque ellos lo llamen assouf.

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