La asamblea francesa da luz verde a la sedación profunda para enfermos terminales
Este texto, más moderado del que prometía el presidente François Hollande en campaña electoral, no recibirá luz verde definitiva hasta junio
El presidente de la república francesa, François Hollande. / PHILIPPE WOJAZER (Reuters)
París
La Cámara baja francesa ha aprobado este martes por una extensa mayoría de 436 votos, 34 en contra y 83 abstenciones, la ley que autoriza la sedación profunda y continuada hasta la muerte, a los enfermos terminales que lo soliciten en algún momento de su vida. Se trata de la primera lectura. Este texto, más moderado del que prometía el presidente François Hollande en campaña electoral, no recibirá luz verde definitiva hasta junio.
El amplio respaldo de la Asamblea refleja el consenso ante un proyecto que fue presentado por los dos grandes bloques políticos del hemiciclo, socialistas y conservadores de UMP. El proyecto legal que defendió el primer ministro, Manuel Valls, como “equilibrado”, fue refrendado también por centristas y el Frente de Izquierda ( con abstenciones de radicales, ecologistas y algunos socialistas).
Coincide también con la voluntad expresada por los franceses en las encuestas, pese a las protestas realizadas por las principales las Iglesias representadas en Francia ( la católica, musulmana y la judía). El 96% de los ciudadanos del Hexágono, según encuestas recientes, es partidario de la sedación profunda. El texto aprobado no autoriza la eutanasia, ni de lejos el suicidio asistido, aunque el 80% desearía que se permitiese el primero.
El proyecto de ley instaura el derecho a una sedación profunda y continúa hasta la muerte para los enfermos incurables en fase terminal, a los que se les retira al tiempo todo tratamiento que prolongue artificialmente su vida. Se considera que “la alimentación y la hidratación artificiales” son parte de tales tratamientos.
“Todas las personas tienen derecho a un final de su vida digno y tranquilo. Los profesionales sanitarios pondrán todos los medios a su disposición para satisfacer tal derecho”, según su redacción. Además “El profesional sanitario debe respetar la voluntad de la persona tras haberle informado de las consecuencias y la gravedad de su elección”. Tendrá prioridad el deseo contemplado en el testamento vital del paciente, cuando este ya no pueda expresarse por sí mismo.
