"El copiloto quiso voluntariamente destruir el avión"

Madrid

Tan solo 48 horas después del accidente, el fiscal a cargo de la investigación del accidente aéreo, Brice Robin, confirma lo que había adelando The New York Times: que uno de los pilotos del avión que se estrelló el martes en Francia salió de la cabina y no pudo volver a entrar. Además, tras analizar la caja negra, los investigadores dan un paso más allá y afirman que "el copiloto, mediante una abstención voluntaria, se negó a abrir la puerta de la cabina al comandante y accionó el botón que ordenaba la pérdida de altitud del avión pero que podría interpretarse como la voluntad de destruir esta avión". 

El fiscal ha relatado que “primero se escuchó una conversación normal, cortés, entre el comandante y el copiloto. Luego, las respuestas del copiloto empiezan a ser lacónicas, breves".

"Más tarde, el comandante le pide al copiloto que asuma el mando. Se oye cómo una silla se echa para atrás y se cierra la puerta. En ese momento está el copiloto solo en cabina y acciona el botón para iniciar el descenso del aparato, una acción que sólo puede ser voluntaria”, aclara.

“A continuación, se escuchan varias llamadas del comandante pidiendo entrar en la cabina de pilotaje. Lo hizo con un interfono que tiene una cámara, luego estaba identificado. No hubo ninguna respuesta por parte del copiloto” -prosigue- “en todo momento escuchamos respiración dentro de la cabina hasta el impacto final, luego, a priori, el copiloto estaba vivo” y casi por completo se descarta que se pusiera enfermo.

Tras los atentados del 11 de septiembre, una ley internacional ha impuesto un doble sistema de bloqueo en la puerta de la cabina para evitar el acceso de personas ajenas a la tripulación. Este mecanismo impone que sea la persona que se encuentre en el interior la que permita o deniegue la entrada.

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“Se establece contacto desde la torre de control de Marsella pero no hay respuesta por parte del copiloto. Los controladores piden hacer el código de peligro del trasponedor -en el que se da preferencia de aterrizaje- pero tampoco hay respuesta”, explica. “Se activan algunas alarmas para indicar a la tripulación el descenso y se oyen golpes violentos, como para intentar echar abajo la puerta”, detalla. Finalmente, "se oye un primer golpe al aparato antes del impacto final". Según ha explicado el fiscal, todo indica que los pasajeros no se dan cuenta de la situación hasta segundos antes de la colisión cuando "comienzan a escucharse algunos gritos". 

El fiscal aclara que "en ningún momento se envía ningún mensaje de urgencia a los controladores" desde el avión, por lo que, sumado a todo lo anterior, hace concluir que el copiloto actuaba de forma voluntaria en todo momento.

La Fiscalía mantiene abierto desde el momento del accidente una investigación por homicidio imprudente pero no descarta "cambiar la naturaleza" del proceso. En este momento,  aunque se descarta que se trate de una acción terrorista, las pesquisas se centran en el entorno del copiloto y se considera prioritario encontrar la otra caja negra para conocer "el resto de parámetros del vuelo".