Rebeca Jiménez no se bebe el ponche... ¡se lo come!
La cantante traza un recorrido gastronómico por Segovia. Desde el aperitivo con vino blanco de la tierra al postre estrella de la provincia. El cochinillo y el cordero no faltan y, además, añade una variante: el cochifrito
Madrid
La música llegó pronto a la vida de Rebeca Jiménez. Tenía solo 6 años cuando iba andando un día por las calles de Segovia, junto a su padre, y conoció a la que sería su profesora de piano. Desde entonces no se ha despegado de este instrumento. Mientras, empezó a estudiar Físicas, coqueteó con el mundo de la interpretación y hasta formó parte de un grupo de música electrónica, pero se cruzó Quique González en su camino y le animó a volver a los orígenes, a su piano. Su voz, tan personal, hizo el resto.
En Segovia, la tierra de Rebeca, es casi imposible comer mal cochinillo. Ella recomienda una variante: “El cochifrito se come fantástico en el restaurante Lobiche, que está en un pueblo que se llama Navafría”. (Escucha El Brindis a partir del minuto 38:56 de Play Gastro):
Play Gastro #74 | Destino Segovia
48:03
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Rebeca pasa muchas temporadas fuera de casa. El año pasado estuvo bastante tiempo en México y eso se reflejará en su próximo trabajo con referencias gastronómicas como el Tequila y el Mezcal en un par de canciones. Cuando está lejos, también extraña sabores de aquí: “Echo de menos una tapa, la de ensaladilla rusa del restaurante La Concepción, es espectacular”. Este bar está en Plaza Mayor de Segovia, la zona por la que suele salir con sus amigos de cañas o vinos: “Suelo empezar en el restaurante José María, con uno de sus vinos Pago de Carraovejas y una tapa de cerdo típica segoviana” -cuenta- “luego voy al Negresco, que también tiene unas tapas riquísimas”.
Cuando llega la hora de sentarse en una mesa con mantel y Rebeca hace un especial va al restaurante Villena: “Ahora está en el convento de Las Oblatas y es un sitio precioso. Es otro tipo de cocina que se sale del cochinillo y el cordero”. Más para el día a día es el Narizotas que, según la cantante, "tiene una de las terrazas más bonitas de Segovia”. Para beber, tira de los vinos blancos de la tierra y se queda con un verdejo llamado Ossian y, para el postre, ponche. Pero ojo, no confundir con la bebida: “El ponche segoviano es una tarta típica con bizcocho, una crema hecha con yema de huevo y azúcar tostado por encima. Muchos restaurantes allí lo ofrecen de postre”.
Parte de la familia de Rebeca es de Torrecaballeros, un pueblo segoviano famoso por su cordero: “Hay sitios como El Rancho de la Aldegüela o Casa Felipe que tienen, aparte de cordero, cosas riquísimas”.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...