¿Llegarán los coches voladores a las calles próximamente?

Madrid

A veces la realidad supera la ficción y se puede decir que el mito de los coches voladores se ha cumplido. El AeroMobil SXSW se presentaba este mismo año el Congreso de Aerotecnia de Viena.

Se trata de un híbrido para el que se necesita carnet de conducir y licencia para pilotar avionetas, que se eleva 500 metros y que tiene una autonomía de vuelo de 700 km. Su creador, un ingeniero aeronáutico con experiencia en el sector del automóvil, planea comercializar el aparato en 2017 en los Estados Unidos.

El Terrafugia TF-X es otra de las grandes apuestas del sector. De momento, se limita a un prototipo con un predecesor que ha dado buenos resultados. Este combina los beneficios de un buen coche con los de un avión personal. Cuatro plazas, una velocidad en aire de 300km/h y 800 km de autonomía sin repostaje. Una propuesta suculenta que pretende estar al alcance de los ciudadanos en 2021.

Un negocio con muchas complicaciones

Sin embargo, no es una idea precisamente innovadora. Desde principios de siglo ha habido varios intentos, casi siempre con Estados Unidos detrás. Hasta ahora, el sistema siempre había sido unir de forma más o menos rudimentaria el mecanismo de un avión con el mecanismo de un coche. Ahora, las apuestas se enfocan más hacia algo híbrido de forma completa.

Ampliar

El problema de este sector es que hay muchos proyectos pendientes, pero fracasan o se quedan en un cajón. Para empezar, no es sencillo obtener financiación para tanto tiempo de trabajo. El mencionado AeroMobil SXSW ha llevado más de 25 años de trabajo.

Otro de los problemas, su precio de salida al mercado que se prevé para todos estos aparatos. Los mismos oscilan entre los 70.00 y los 270.000 euros, aunque hay algunos que pretenden llegar al millón. Un capricho, de momento, poco asequible para todos los bolsillos.

Por otro lado, las leyes de aviación son muy estrictas con respecto a los transportes que pueden sobrevolar los cielos. Una de las primeras condiciones, disponer de una licencia de pilotaje. En principio, dadas las características de los primeros modelos, con una para manejar avionetas sería suficiente. Sin embargo, supone una inversión más que tendrían que hacer nuestros bolsillos.

Además, también habría que plantear una nueva legislación aeronáutica, con todas las complicaciones que ello supone. Dada la capacidad de desplazamiento de estos aparatos, podrían producirse complicaciones entre los distintos textos legales de los países. Nada descabellado si tenemos en cuenta las dificultades, la diversidad y tardanza de las leyes relacionadas con los drones.