La Comisión Europea (CE) ha aplazado por sorpresa su opinión sobre los presupuestos generales de España para 2016, después de que en la víspera anunciase su publicación y de advertir a Madrid de riesgos de incumplimiento de los objetivos de reducción del déficit para este año y el próximo. «Hoy hemos tenido un debate en el colegio, pero dado también el tiempo relativamente corto del que disponían los comisarios para familiarizarse con la cuestión, se ha decidido que se requiere más tiempo para las deliberaciones», explica el vicepresidente de la CE para el Euro y el Diálogo Social, Vladis Dombrovskis. El político letón asegura que el proceso estará «finalizado en los próximos días». Dombrovskis intenta justificar así al comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, quien el lunes tras la reunión del Eurogrupo en Luxemburgo anunció que la opinión de la CE sobre el presupuesto español sería negativa y con consecuencias incluso para el Gobierno que resulte de las elecciones previstas para diciembre. «Este tema estuvo ayer en la agenda del Eurogrupo en el contexto del debate sobre la supervisión de los proyectos presupuestarios nacionales, de manera que no me sorprende que se compartan algunos pensamientos y algunas consideraciones» en la rueda de prensa posterior, indica el vicepresidente comunitario. Considera que para evitar interpretaciones erróneas, es importante que la CE comunique «la sustancia y proporcione la fotografía completas» de las opiniones que adopte. Moscovici dijo que el análisis de la CE «confirma el riesgo de incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento tanto en 2015 como en 2016», dado que estima que el déficit de España se quedará en el 4,5 % y el 3,5 % del PIB, es decir tres y siete décimas por encima de lo que tendría que conseguir según los objetivos marcados. Por ello, según el eurocomisario, la CE iba a pedir a España que ejecute «estrictamente» el presupuesto de 2015 y que tome las «medidas necesarias» en el proceso de adopción de las cuentas en las Cortes Generales de 2016 para garantizar el cumplimiento de los objetivos establecidos. Las consecuencias iban más allá del Gobierno actual, dado que Bruselas, según Moscovici, quería «invitar» a las autoridades españolas a enviar una actualización de las cuentas poco después de que el nuevo Ejecutivo español haya tomado posesión para, entre otras cosas, incluir datos completos de los gobiernos regionales. Sus palabras, mucho más duras ante los medios de comunicación que dentro del propio Eurogrupo, generaron cierta sorpresa entre algunos de los ministros reunidos en Luxemburgo. «Después de seguir la rueda de prensa de ayer de la CE me sorprendí un poco, porque la Comisión fue mucho más crítica de lo que todos habíamos escuchado en el Eurogrupo», ha dicho el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. «Parece que hubiera nueva información en el tiempo que pasó entre el Eurogrupo y la conferencia de prensa. Y no lo estoy diciendo únicamente con en un tono irónico», afirma. Asegura también que «todavía no tiene una respuesta a lo que sucedió, pero que la perseguirá en la próxima ocasión» que surja. Schäuble apoyó a España al afirmar que en cuanto a la reducción del déficit es uno de los países que «ha hecho el mayor y más impresionante progreso», teniendo en cuenta la «difícil situación» de la que partía en la crisis. Recordó que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poors ha subido la semana pasada la nota de la deuda de España y que el país «es cada vez mejor evaluado». «Todos los datos macroeconómicos están constantemente en vías de mejora», recalcó el alemán, por lo que el Gobierno español tiene argumentos «fuertes y buenos» para decir que cumple completamente sus obligaciones bajo las reglas de consolidación fiscal. Defendió también que es lógico que España necesite ahora la opinión de la CE de cara a tenerla en cuenta para la adopción del presupuesto en las Cortes antes de su disolución. Por su parte el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó hoy no tener opinión sobre las declaraciones «más extensas» del comisario ante la prensa. Recalcó también que «cada uno es responsable de sus palabras y de sus actos» y de «sus silencios». De Guindos descartó que el Gobierno vaya a introducir cambios en el presupuesto y sostuvo que las «divergencias son normales» sobre las previsiones de crecimiento y de ingresos y gastos entre España y la CE, y la «diferencia pequeña» entre las cuentas españolas y las estimaciones comunitarias sobre el cumplimiento del déficit.