La esposa del español asesinado en París: "Juan Alberto intentó protegerme"
Juan Alberto murió por las heridas de bala recibidas en la sala Bataclan | Su mujer relata en una carta los angustiosos minutos pasados en la sala de conciertos
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Madrid
La ciudadrealeña Ángela Reina, esposa de Juan Alberto González Garrido, el español que ha muerto en los atentados de París, ha relatado que su marido intentó protegerla con su cuerpo de los disparos de los terroristas que asaltaron la sala de fiestas Bataclan. "Me intentó proteger, estoy segura", ha asegurado Ángela en un comunicado enviado a los medios, en el que relata cómo vivió la masacre y aclara que en ningún momento abandonó a su marido.
Los dos españoles seguían el concierto más o menos en el centro de la sala y entonces escucharon los disparos. Rápidamente se tiraron al suelo e instintivamente se taparon la cabeza.
"En ese momento no sabía dónde estaba él pero estoy segura de que él sí sabía dónde estaba yo porque movió sus piernas para que mi cabeza quedara debajo de él. Me intentó proteger, estoy segura", afirma.
Poco tiempo después, Juan Alberto se incorporó un poco y tocó a su mujer, aunque parecía mareado. Dijo algunas palabras que Ángela no pudo entender, quizá su nombre.
"Intenté sujetarlo entre mis brazos, vi que había sangre y creo que empecé a gritar, eso no lo recuerdo bien", asegura Ángela Reina, que relata que en ese momento volvieron los disparos, por lo que se tiraron otra vez al suelo y se quedó tumbada sobre su pecho.
"Me quedé con él hasta que llegó la Policía"
Algunas personas se levantaron e intentaron huir, pero Juan Alberto ya no podía moverse, por lo que su mujer permaneció junto a él hasta que le ordenaron que saliera.
"Me quedé con él hasta que llegó la Policía y dijeron que teníamos que salir, cuando les dije que mi marido no se podía mover, que no me contestaba, me dijeron otra vez que me tenía que ir fuera, que si no salíamos los servicios de emergencia no podían intervenir", insiste Ángela, que ha querido dejar claro que en ningún momento quiso separarse de su marido. Poco después, la llevaron a la calle y ya no la dejaron volver junto a él. "Una chica, Claire, se llamaba, me dijo que me tranquilizara, que ya le habrían metido en la ambulancia y que le estarían curando y me ayudó a lavarme", lamenta.