Sánchez juega la baza de la militancia
El líder socialista desafía al aparato y someterá cualquier acuerdo a las bases del partido. Lo anuncia en un Comité Federal en el que Ferraz ha tenido que adelantar la fecha del Congreso a antes de unas hipotéticas elecciones y en el que Díaz reprocha a Sánchez los errores de este mes
Madrid
Venía madurando desde hace tiempo la idea, la había compartido con los dirigentes de su confianza y, finalmente, la ha lanzado en este comité federal, a tres días de ir a ver al rey de nuevo y en medio de una clima interno en su partido en el que todo son trabas por parte de las federaciones críticas para negociar un acuerdo de investidura, fundamentalmente con Podemos. Si el aparato no cede, que hablan las bases. Ésa es la jugada del secretario general del PSOE, que fue elegido por la militancia por primera vez en el partido y que piensa los afiliados socialistas quieren que gobierne el PSOE frente a las resistencias de muchos dirigentes territoriales que en Ferraz atribuyen, fundamentalmente, a un intento de desplazar a Sánchez de la cúpula del partido.
Después de una semana con muchas miradas puestas en la reunión del máximo órgano de decisión del PSOE entre congresos, Pedro Sánchez ha tenido la oportunidad de pulsar las opiniones de los secretarios generales de su partido y ha sido consciente de que, entre líneas rojas y prevenciones de "barones, baronesas y jarrones chinos", según un socialista de su confianza, tenía que dar un "puñetazo en la mesa", según ese socialista cercano. Así que guardó esta carta para el sábado en el que el PP esperaba que sus críticos le cortaran las alas, soslayó el asunto en sus reuniones bilaterales con los dirigentes territoriales, incluso a pesar de que, según fuentes socialistas, uno de ellos se lo preguntó abiertamente. Sánchez ha garantizado finalmente ante el máximo órgano de decisión de su partido que no solo negociará "con luz y taquígrafos", "sin filtros", dando voz al Comité Federal después de cualquier pacto pero, y ahí está la novedad, después de que hayan hablado las bases. Cualquier dirección territorial que quiera oponerse al acuerdo, dicen en su entorno, tendrá que hacerlo después de que hayan tenido la posibilidad de hablar los 200.000 militantes socialistas que tiene el PSOE.
Por sorpresa
A los principales dirigentes territoriales les sonaba la música de este planteamiento, pero no habían sido informados por Ferraz de que ésta era la intención de Sánchez. La dirección ha querido cuidar el factor sorpresa para evitar movimientos internos que neutralicen su operación, que será ahormada por la Ejecutiva federal. Según fuentes de la dirección, lo que se someterá a votación es el documento pactado en su conjunto.
No ha habido responsables socialistas que hayan dicho que no a la consulta. Para Susana Díaz, es una medida oportuna en tiempos complicados, pero sí que ha advertido a puerta cerrada de que a la militancia hay que "contarle la verdad". "La verdad siempre por delante", ha explicado después a los periodistas, dejando entrever además que quiere que los que se someta a consulta no es sólo el qué sino con quién de los pactos. En en el fondo de esos comentarios está la sospecha de algunos socialistas de que la dirección federal pueda acordar con los independentistas la abstención o incluso la ausencia en el pleno de investidura para que las cuentas salgan. Eso explican fuentes del sector crítico y sólo Javier Lambán ha puesto voz a esta hipótesis.
La fecha de esa consulta, que en algunos sectores del partido consideran como órdago de Sánchez que finalmente puede o no producirse, no sale definida este sábado en el que, finalmente, sí se ha convocado el 39 Congreso del partido. No ha sido, en absoluto, una cuestión pacífica.
Ferraz cede con la fecha del congreso
La federación andaluza venía diciendo en los últimos días que en este Comité Federal no había que abordar esta convocatoria porque la "prioridad" era la gobernabilidad de España, pero el PSOE-A lideró en la noche del viernes el rechazo a la fecha que puso sobre la mesa Ferraz, el 17 de junio, coincidente con unas hipotéticas elecciones repetidas. Los socialistas andaluces y otras federaciones afines querían que, puestos a cerrar la fecha del congreso, fuese antes de la posible fecha electoral y así lo han conseguido gracias a lo que fuentes de Ferraz aseguran que ha sido "una propuesta de consenso" del propio Pedro Sánchez, que vendría a corregir el planteamiento de César Luena el día anterior en su reunión con los secretarios de Organización territoriales.
En cualquier caso, fuentes de Ferraz aseguran que en el caso de que haya que repetir las elecciones "salta como un resorte la convocatoria de primarias abiertas". Lo que defienden en las federaciones críticas es que llevarlo a mediados de junio era retrasarlo tanto que se celebraría después de que "haya pasado todo".
Ni la consulta ni la fecha han sido el tema fundamental de las conversaciones a puerta cerrada. Los pactos han sido el tema central de las 40 intervenciones, empezando por las de los secretarios generales del partido. La primera en tomar la palabra ha sido Susana Díaz que, con claridad, ha dicho que "no ve el acuerdo con Podemos". "No es un partido de gobierno, es un partido de poder", ha rematado el extremeño Guillermo Fernández Vara.
Retahíla de reproches de Susana Díaz a Pedro Sánchez
La líder andaluza ha sido muy crítica con la gestión del último mes de Pedro Sánchez. Ha asegurado, según informan a la Cadena SER fuentes de la reunión, que el PSOE "no hizo historia" el 20-D (así lo dijo Pedro Sánchez en la noche electoral) porque no consiguió ganarle a un partido "que se llevó la dignidad de la gente". "El PP nos ganó porque no estábamos en el camino correcto", ha opinado Díaz, que ha lamentado además que el viernes en el que Pablo Iglesias les ofreció gobernar en coalición y Mariano Rajoy declinó el encargo del rey el partido simplemente "contemplara a dos trileros". Completó el argumento poco después su portavoz parlamentario, Mario Jiménez, quien sentención, según asistentes a la reunión, que aquel "viernes negro" estaba en juego la "dignidad" del partido.
A la presidenta andaluza tampoco le vale, según ha dicho a puerta cerrada, "el vamos a mirar a izquierda y derecha" y ha pedido que quede claro que no se va a contar con los independentistas. Esto último lo han planteado también otros barones como Javier Fernández, Javier Lambán y Guillermo Fernández Vara.
Quien con más claridad ha verbalizado lo que estaba en la cabeza de muchos mientras se hablaba del escenario de las alianzas fue el presidente asturiano. Según aseguran fuentes socialistas, Javier Fernández admitió que ve muy posible la repetición de las elecciones.