Elecciones 23 de julio

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NEGOCIACIONES PARA FORMAR GOBIERNO | LA SITUACIÓN DEL PP

Rajoy, frente al espejo

En el PP todos están pendientes de “la decisión personal” de su líder. Los populares se dividen entre los que quieren que Rajoy siga al frente para evitar una guerra interna y los que apuestan por la regeneración para mantener a su formación en el poder. "Al final es adhesión por compasión", dicen los que se resignan a que todo siga igual

Rajoy, antes de la rueda de prensa en Génova tras las últimas elecciones municipales y autonómicas / EFE/J.J.Guillen

Rajoy, antes de la rueda de prensa en Génova tras las últimas elecciones municipales y autonómicas

Madrid

No sólo Pedro Sánchez considera que Mariano Rajoy es “un tapón” para la regeneración. También dentro del PP, algunos dirigentes, en privado, le han llegado a definir así antes incluso de que el secretario general del PSOE lo pronunciara. Pero ningún popular se lo dirá a la cara.

En estos dos meses y medio al líder conservador ya le han llegado, de sobra, los recados de su partido. Sabe perfectamente que se cuestiona su liderazgo. Tampoco es la primera vez que le ocurre. En 2008 tras su derrota electoral ya lo experimentó.

Rajoy piensa que algunos de los que le critican son “anónimos cobardes que reman en contra”, como los menospreció en su día María Dolores de Cospedal. Pero también es consciente de que, ahora, además, hay otras voces significativas que se plantean seriamente cómo actuar ante la incertidumbre histórica que se vive en estos momentos.

Desde el día 5 de marzo al 2 de mayo (fecha en la que se disolverán las Cortes para convocar nuevas elecciones) se abre un plazo en el que Rajoy tiene que tomar una decisión. “Nadie le va a decir que se vaya. Es una reflexión personal. Puede consultarlo con la gente en quien confía, ver qué sería lo mejor para el partido… Está en sus manos. Él tiene la última palabra”, comentan varios cargos consultados por la SER.

Antes de las generales, Juan Vicente Herrera recomendó a Rajoy que “se mirara al espejo” y se respondiera a sí mismo si debía ser o no el candidato. En la actualidad, muchos recuerdan aquel consejo que le dio el presidente de Castilla y León. Pero no se ha vuelto a verbalizar en público. Creen que ahora se interpretaría como “una auténtica traición”.

Cuando en el PP se habla de la posibilidad de que Rajoy se eche a un lado para permitir así que el PP siga en la Moncloa, los suyos señalan que su nombre es “innegociable”. “¿Por qué se tiene que ir él? Que se vayan antes los que han perdido”, resumen desde su círculo. El otro escenario que se plantea es el de unas nuevas elecciones. Él ya ha comentado que piensa dar la batalla y que quiere repetir como candidato. “¿Qué otra cosa puede decir con todo en el aire?”, apunta un líder regional.

En los últimos 15 días, Rajoy ha concedido tres entrevistas y ha participado en un foro informativo. En todas estas citas ha insistido en que si “su partido quiere, él seguirá adelante”. Lo ha repetido con tanto énfasis que ya a nadie se le escapa que es un ‘aviso a navegantes’. Ayer aseguró que “en este momento” no piensa retirarse y sostuvo que nadie del IBEX ni de su partido se lo ha pedido.

¿Y quién lo iba a hacer? En el PP no creen que nadie se atreva. Menos aún a dar un paso al frente para sustituirlo. “Es muy difícil. Si nadie osa siquiera hablar en una reunión interna cómo van a ser tan kamikazes”, indica un diputado. Y es que en los encuentros que Rajoy celebra con los suyos no hay ni debate. En las intervenciones sólo se escuchan alabanzas. En todo este tiempo los únicos reproches que se han oído han sido los de José María Aznar y sólo han servido para consolidarle aún más.

Algo similar ocurre cuando piden su cabeza desde el resto de formaciones políticas. Los que le rodean aseguran que “no se van a cobrar esa pieza” y cuanto más le atacan, más se resiste.“Por dignidad. No está muerto. Y tiene un caparazón muy duro”, dice un miembro de su gabinete. Los ministros, ya sin el protagonismo de antaño, circulan como fantasmas por el Congreso. Muchos son sus amigos y precisamente, por ello, dicen que no se van a entrometer en su futuro porque no tienen derecho a hacerlo.

“¿Cuándo comentan eso de que tiene que tener sentido de Estado y sacrificarse por el bien de España, se les ha ocurrido pensar que él no puede ofrecerlo todo a cambio de nada? Esa no es forma de negociar para formar un Gobierno y es obvio que el proceso está enquistado”, indica uno de sus colaboradores más estrechos.

En el PP creen que sólo alguien que no tenga nada que perder y con mucho peso dentro del partido le podría poner entre la espada y la pared o moverle la silla. Pero no ven a nadie arriesgándose e ello. En los estatutos del partido figura que el presidente es el candidato y aunque daría tiempo a hacer un Congreso Nacional Extraordinario, muchos piensan que puede ser muy arriesgado y provocar la ruptura del partido. “Es o Rajoy o ir a la guerra. Nadie iba a permitir que dejase a alguien colocado en su lugar. Nada de dedazos. Y si vamos a una especie de primarias, nos íbamos a meter en una lucha de clanes que nos llevaría a la descomposición absoluta”, comentan en Génova.

Por eso, entre que nadie planta cara y que no quieren líos internos, en el PP no tienen muy claro que la cosa vaya a cambiar y parecen dispuestos “a resignarse” ya con Rajoy. En la Moncloa todos piensan en su propia supervivencia y como es lógico blindan a su jefe. Mientras, en el partido señalan que no se le puede echar, que se tendría que ir él. Si su intención es seguir nadie le va a rechistar. “Adhesión por compasión”, así es como describen la situación algunos dentro del PP quienes recuerdan que su jefe de filas ha vivido cuatro años muy difíciles y que ha ganado las elecciones, a pesar de los recortes y la corrupción.

A pesar de todo, hay dirigentes populares que piensan que con él al frente se van a estrellar. “Seremos como la orquesta del Titanic, seguiremos tocando mientras el barco se hunde”, comenta un veterano del PP. A su juicio, la única salida es la regeneración del partido. “Somos muy fieles a nuestras siglas. Pero la mayor deslealtad es callarse. Hay que hacer algo”, opina un cargo territorial quien reconoce que en todas las cenas y actos los militantes preguntan qué va a hacer Rajoy porque nadie se cree que vaya a seguir al frente.

Muchos tienen la sensación de que “ya está amortizado para la calle”, sobre todo desde que declinó presentarse a la investidura. “Ahí tiró la toalla y ya es tarde para que recupere la iniciativa política. Actúa como si tuviera el control de los tiempos pero ya no los tiene”, comenta un senador. Además, según las encuestas que se manejan, tampoco cambiarían mucho las cosas si se presenta de nuevo, les parece que estas son sólo “un espejismo” y para algunos la solución sólo pasa por reemplazar a Rajoy de modo que se pueda generar algo de ilusión.

Ahora el equipo de Rajoy dice que Pedro Sánchez ha salido “debilitado” por su fracaso en la Cámara baja. Pero algunos populares piden a su jefe que se deje de acusaciones y mueva ficha porque se van a quedar descolgados. También creen que es mejor no decir continuamente que el PSOE ha hecho que todo vuelva a la casilla de salida por un tablero por el que ellos ni han avanzado. Algunos populares no saben si se está manteniendo “una ficción” a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos. Y hay quien prefiere esperar a que las urnas vuelvan a hablar y, entonces, Rajoy, ante el bloqueo de la situación, se vaya. O no.

 
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