Muere Prince a los 57 años de edad
El músico estadounidense ha fallecido en su casa de Paisley Park
El cantante Prince en una fotografía de archivo / EFE
Madrid
El cantante y compositor Prince ha muerto este jueves en Paisley Park (Minneapolis), según ha confirmado su representante a la agencia Associated Press.Posteriormente el informe policial ha revelado que el músico se encontraba inconsciente cuando los servicios sanitarios llegaron a su vivienda y encontraron el cuerpo del músico en el ascensor. Se intentó reanimar al cantante pero no se logró e ingresó cadaver en el hospital.
El legendario músico tenía 57 años y había ingresado en el hospital hace una semana con un cuadro de gripe, aunque recibió el alta dos días después tuvo que cancelar uno de sus conciertos. La noticia de la muerte de Prince tiñe de luto al mundo de la música que está viviendo un trágico 2016 que comenzó con la muerte de David Bowie en enero.
<p>Un recorrido en fotografías a la vida del 'genio de Minneapolis'</p>
La noticia de la muerte de Prince deja un enorme hueco y la sensación de que la música hubiera sido diferente sin él, ni mejor ni peor, pero sin duda diferente. Pocos artistas han tenido la capacidad del estadounidense para entender la música, para elevarla, voltearla y traerla de vuelta al suelo con delicadeza.
La carrera del artista de Minneapolis abarca casi cuarenta años, desde aquel lejano debut con ‘For you’ a finales de los años setenta, y ha tocado todos los palos de la música americana siendo uno de los grandes renovadores de la música negra, a la que llevó a lo alto de las listas de éxito.
No hay etiquetas que definan a este dotado guitarrista con alma de genio incomprendido que decidió borrarse el apellido y quedarse con el nombre de pila. No hacía falta más para diferenciarlo del resto. Tímido, de carácter fuerte y mirada veloz, la vida de Prince ha seguido sus propias reglas. Discutió con casi todo el mundo, polemizó sobre todos los temas y siempre salió victorioso, o al menos él siempre lo entendió así. La propia visión del músico la plasmó en su autobiografía, que fue anunciada el pasado mes de marzo. Pero todas las polémicas de Prince quedaron a la sombra del éxito de su carrera, por sus decenas de millones de discos vendidos, por todos los premios cosechados (Grammy, Globo de Oro y Oscar), y por algunas canciones que forman parte de la historia de la música.
Prince durante una rueda de prensa en Londres en 2007 / GETTY
Prince durante una rueda de prensa en Londres en 2007 / GETTY
El punto de inflexión de su carrera llegó en 1984 con ‘Purple rain’, un álbum inolvidable que vendió más de diez millones de copias y que pasó medio año en el primer puesto de la lista de éxitos antes de convertirse en película y llevarse un Oscar. Aquella balada seductora fue el primer número 1 de Prince y el comienzo de una trayectoria que ha dejado 39 discos de estudio, el último publicado el año pasado. Por el camino volvió loco a todo el que trabajó con él, su perfeccionismo y su obsesión por el detalle en todas sus producciones convertían las sesiones en torturas, pero el resultado eran discos como Around The World In A Day, The Truth o Diamonds and Pearls.
A lo largo de su carrera, Prince fue enormemente prolijo. Grabó y editó decenas de discos. Su enorme capacidad para componer le supuso litigios con su sello discográfico, incluso llegó a aparecer en distintos eventos con la palabra “esclavo” escrita en el rostro. Desencuentros que tuvieron un enorme eco en la prensa y que no fueron casos aislados. También fue a juicio contra sus seguidores por el uso indebido de sus imágenes en las redes sociales y llegó a regalar uno de sus últimos álbumes con un semanario. Pequeñas anécdotas comparadas con el gran golpe de su vida, la muerte de su hijo recién nacido que le provocó una gran depresión.
Polémicas al margen, la muerte de Prince deja un enorme hueco en la música. El hueco que ocupaba un artista inmenso, egocéntrico y polémico. Un artista que llevó el r&b y el funk a abrazarse con el pop y de ese modo a seducir a millones de personas que se rindieron a su voz delicada, a su guitarra afilada y a ese aura de misterio y peligro que rodeaba a Prince.
