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El negociador de la UE del tratado de libre comercio garantiza que no habrá pérdida de derechos de los consumidores

Ignacio García Bercero promete que no cederá a presiones de los Estados Unidos y confía en seguir negociando incluso si Reino Unido dice no al referéndum

La Comisión reclama a los gobiernos que controlen sus "salas de lectura" para evitar más fugas de documentos

El jefe negociador de la Unión Europea para el TTIP, Ignacio García Bercero, y el jefe negociador para el TTIP de EEUU, Dan Mullane / EFE

Bruselas

Una gran caja fuerte preside su oficina pero, en pleno debate sobre la transparencia, a García Bercero le ha costado admitir que es para los papeles: "No, no, no es para documentos... bueno, es para documentos pero yo no la he usado".

Los que filtró Greenpeace le han costado un disgusto con los americanos: "Nosotros no nos justificamos. Ahora bien, cualquier negociador serio tiene que trabajar sobre la base de confianza y evidentemente nosotros hemos explicado a los Estados Unidos que aquí ha habido un fallo y que ciertos documentos que no tenían que ser públicos, lo son".

Son los que exponen las exigencias y las ofertas americanas: "Los Estados Unidos no estaban de acuerdo en hacerlos públicos y nosotros tenemos que respetar su posición", afirma. Mantiene que los europeos estaban ya en la web de la Comisión e incluso asegura que los papeles de Greenpeace eran ya viejos, "de hecho, en algunos casos los documentos eran anticuados, los más recientes los pueden ver sin tener que esperar ninguna filtración".

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Comprende que esta negociación genere reticencias pero lo justifica por los miedos al impacto de la globalización, "hay problemas serios de desigualdad y desempleo que provocan un cierto sentimiento de insatisfacción. La gente ve que se están negociando grandes acuerdos pero no ve que impacto tendrán sobre sus vidas".

Y lo cierto es que ni este negociador nos puede concretar beneficios, "nosotros nunca hemos dado una cifra de cuantos puestos de trabajo se van a crear porque somos cautos y es muy difícil hacer ningún tipo de predicción así sobre un acuerdo comercial".

La Unión Europea habría deseado tener un borrado ya consensuado antes que finalice el mandato de Obama pero acepta que Trump no es el único riesgo. El 23 de junio el Reino Unido vota si quiere o no marcharse de la UE: "Nosotros no queremos especular sobre lo que pueda ocurrir en el referéndum del Reino Unido. Nosotros negociamos por la Unión Europea. Si la UE perdiese a uno de sus importantes miembros sería una lástima pero incluso sin el Reino Unido, Europa tiene un peso comercial considerable".

Otro problema son las trampas de Volkswagen para poder contaminar más de lo permitido. "El caso Volkswagen, evidentemente no ha tenido una imagen positiva", dice,  aunque mantiene que el problema de credibilidad lo es ante todo para esta firma alemana. "Es un tema evidente de credibilidad sobre todo para Volkswagen. Pero no pone en riesgo la credibilidad del sistema reglamentario europeo", afirma un poco incómodo.

Ceder a las presiones le parece un riesgo de acomplejados, "¿por qué piensa usted que los Estados Unidos son el fuerte y la Unión Europea el débil?", nos dice convencido que, en temas de Comercio, "la UE es tan grande sino más que los Estados Unidos". Mantienen que las dos partes negociadoras son "absolutamente comparables" y asegura "que hay que ir a estas negociaciones sin complejos".

Por cerrar, queda mucho. La agricultura, por ejemplo, como sector "sensible" se deja para el último momento. Pero el desmiente que el único problema en este tema sea europeo y contrapone el vacuno a los quesos franceses. "europa tiene intereses ofensivos en el sector de las frutas y legumbres, los quesos y el sector agroalimentario". Los defensivos son el sector ganadero.

Especialmente en Francia y en Irlanda hay pánico a la carne de vacuno americana. Y pánico a un acuerdo que permita ignorar los "principios de precaución", la cláusula que debe permitir suspender importaciones ante problemas para la salud o para el medio ambiente.

Promete contra todas las dudas que "ningún resultado de esta negociación va a implicar ningún tipo de reducción en las normas de protección de Europa", los derechos de los consumidores, la protección del medio ambiente y de la privacidad no se van a tocar si cumple esta promesa aunque ya advierte que cambios legales, si pueden negociarse. "No estoy excluyendo a priori ciertos temas puramente técnicos. Si hace falta introducir algún tipo de ajuste, siempre y cuando no implique reducir la protección, se puede considerar. Pero se verá caso a caso".

Diputados y funcionarios europeos y de cada estado miembro seguirán estudiando la documentación en salas privadas de contacto con el mundo exterior. Habitaciones "negras" o espacios de lectura de alta seguridad, según quien las presenta. Porque la UE no quiere vulnerar el derecho a la "privacidad" que reclaman los Estados Unidos y por esto investiga quién es el responsable del "error".

"Evidentemente no es que vaya a haber una investigación en el sentido policial del término pero vamos a ver si podemos identificar cuál es la fuente de esta fuga e intentar también decir a todos nuestros estados miembros que deben asegurarse y mantener suficientes medidas para evitar que este tipo de incidentes vuelvan a repetirse".

 
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