Exteriores incumplió el protocolo de seguridad al no trasmitir a la Policía la alerta de atentado

Madrid

Según la Unión Federal de Policía (UFP), el procedimiento reglado en materia de seguridad en las embajadas españolas recoge que todas las incidencias, alarmas o información relevante en materia de seguridad deben ponerse en conocimiento del equipo policial de la legación. Algo que no ocurrió en el caso de la alerta francesa que el pasado 11 de diciembre llegó a la embajada española en Kabul tan solo ocho horas antes de que fuera atacada por talibanes. La nota francesa advertía del riesgo de atentado inminente contra una de las embajadas de la capital Afgana y fue recibida por la agregaduría de Defensa española y remitida al segundo Jefe de la embajada. Sin embargo, la información nunca llegó al equipo de Seguridad y tampoco ningún plan de emergencia adicional fue activado.

Los siete policías supervivientes que junto a los dos agentes fallecidos en el ataque componían el equipo de seguridad han declarado desconocer esa alerta. Y no solo eso: el propio director general de la Policía, Ignacio Cosidó, aseguraba el jueves pasado que su departamento no tenía constancia de que esa alerta se hubiera producido.

Para la Unión Federal de Policía, lo sucedido el día del atentado en Kabul supuso no sólo una violación del protocolo de seguridad sino un "despropósito" que pudo tener consecuencias en la terrible factura que dejo el ataque talibán. "No sólo se trata del protocolo sino del puro sentido común", asegura el portavoz del sindicato, José María Benito, que añade que "si la dirección de la embajada tenía información sobre una alerta de atentado, debía haberlo puesto en conocimiento del jefe de seguridad para que hubiera puesto en marcha medidas que si bien nunca sabremos si habrían podido evitar el atentado, seguro que hubieran minimizado los efectos".

El pasado viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguraba que "depende mucho del nivel de ese tipo alerta" el que se proceda a transmitir o no ese aviso a otros departamentos ministeriales encargados de garantizar la seguridad de la Embajada.

Un cráter de 30 metros y movimientos sospechosos

Según las declaraciones de los agentes que componían el equipo de seguridad de la embajada, pocos días antes del atentado se realizaron unas obras de acondicionamiento en el edificio de la embajada donde se retiraron unas placas metálicas que habían sido dispuestas para evitar el control visual del recinto diplomático. Entre los cinco empleados, dos permanecieron en todo momento observando el entorno sin hacer trabajo alguno. Además, dos días antes de producirse el ataque, el vehículo del embajador fue seguido por otro en un desplazamiento por la ciudad hasta la entrada de la embajada en un movimiento que para los agentes tenía como objeto comprobar la accesibilidad de los vehículos al recinto.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Así lo han reconocido los policías en las investigaciones realizadas por Interior, Defensa y la Audiencia Nacional. Asimismo, los miembros supervivientes del equipo de seguridad aseguran que el cráter dejado por la bomba de gran potencia que portaba el vehículo que los terroristas empotraron contra el muro de la embajada alcanzó los 30 metros de diámetro.

Para Jose María Benito, de la UFP, la cantidad de explosivo que portaba el vehículo refuerza la tesis de que el ataque se planeó específicamente para el recinto de la embajada española y no contra una casa de huéspedes cercana como sostuvo el Gobierno en un primer momento.

Sáenz de Santamaría, no obstante, preguntada el pasado viernes sobre si el Gobierno mantiene que el atentado no tenía como objeto la legación española señalaba que todas las autoridades implicadas están analizando "cómo se produjo" ese ataque y "cuáles eran los objetivos".

"Nosotros nunca hemos tenido ninguna duda de que el atentado tenía como objetivo la embajada española, pensar en otro escenario es desviar la atención", asegura Benito. "Los nuevos detalles que conocemos a través de los testimonios de los policías de la legación nos llevan a pensar que si con la experiencia de los días anteriores, de esos seguimientos y movimientos sospechosos, además (los policías) hubieran recibido la alerta francesa que sí recibió Exteriores, seguramente el escenario no hubiera sido el mismo que tristemente vivimos".