Autoridades y expertos en Francia y Egipto siguen sin descartar el fallo humano o técnico como causa de la desaparición del Airbus A320 de EgyptAir la madrugada de este jueves en el sur del Mediterráneo. Pero ante un hipotético atentado, París escudriña las listas de pasajeros, tripulación y al personal del aeropuerto que pudo tener contacto con la aeronave. No hay ninguna explicación plausible para que el Airbus A320 de EgyptAir que transportaba 56 pasajeros, 7 tripulantes y 3 agentes de seguridad se haya desvanecido en un área entre las islas griegas de Creta y Kárpatos y la costa norte de Egipto. El presidente de Francia, François Hollande, no descartó ninguna hipótesis, mientras el ministro de Aviación civil de Egipto daba prioridad, con matices, a la del atentado. Al tiempo que aviones de Francia, Egipto, Turquía y EEUU y fragatas griegas y egipcias peinan el área en el que se supone cayó el avión, se intensifica la investigación de catástrofe aérea en todas direcciones. Esta mañana han llegado a El Cairo los tres investigadores franceses de la BEA, autoridad responsable de analizar siniestros aéreos, para colaborar con las autoridades egipcias. Entre los ocupantes del vuelo 30 eran egipcios y 15 franceses de un total de 13 nacionalidades. Desde ayer se ha intensificado además la investigación del personal del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, para esclarecer si algún empleado puediera tener alguna relación con la catástrofe aérea del vuelo MS814 que cubría la ruta entre París y El Cairo. En el hipotético caso de que hubiera podido instalar un artefacto explosivo, éste podría haber sido colocado en el equipaje o en el aparato durante la escala de una hora que realizó en París. Pero podría haber estado ya dentro del aparato, sostienen los expertos. El avión realizó durante la jornada del jueves escalas en Eritrea y Túnez, además de en la capital egipcia. Los servicios de espionaje externo e interno indagan con lupa las identidades de los pasajeros y tripulación, pero también el personal de control, el que manejó el equipaje y los técnicos de las pistas y de mantenimiento que tuvieron algo que ver con el vuelo de EgyptAir. Tras los atentados de París, la policía francesa cribó también a los 5.600 agentes de la seguridad en los tres aeropuertos de la capital y expulsó a 84 de ellos. Desde los atentados del 13 de noviembre en Francia está vigente el «estado de excepción», precisamente extendido ayer por el Parlamento durante tres meses más, hasta que termine la Eurocopa. Los medios franceses revelan las declaraciones del director de la Seguridad Interior (DGSI) , Patrick Calvar, ante los diputados de la Comisión de Defensa Nacional hace pocos días. «Francia es claramente el país más amenazado» por el terrorismo yihadista, habría dicho en la audiencia. «Sabemos que Dáesh planea nuevos ataques... y que Francia está en el objetivo».