¿Qué vas a hacer con ese boli bic, si no lo usas?

Madrid

Cuando éramos ricos preferíamos estrenar. En 2008, todavía no habíamos entrado de lleno en la crisis económica pero sí en la del papel y el periódico Segundamano abandonaba el quiosco después de 30 años. La red ya estaba llena de páginas para comprar objetos y entradas entre particulares y esa tendencia no ha parado de crecer. Ahora, el negocio llega a través del móvil. Según datos de Vibbo – el nuevo nombre de Segundamano – el 68-70% del tráfico entra por esa vía, bien a través de la aplicación o de la versión móvil de su web. Esas cifras revelan que los usuarios son esencialmente jóvenes: "La moda de reaprovechar y dar una segunda, tercera o cuarta vida a los artículos ha tenido un gran auge de la mano de una nueva generación de consumidores jóvenes, los millenials, que priorizan las vivencias que experimentan con los cosas por encima de su valor material", explica Beatriz Toribio, responsable de Estudios de Vibbo.

Las categorías más visitadas son las que tienen que ver con tecnología, la casa y el motor. "El producto estrella en nuestra plataforma son los móviles, y sobre todo el iPhone, que siempre está entre las palabras más buscadas y entre los productos más ofertados, así como las videoconsolas o las tablets. Otros productos con mucho éxito son las bicicletas, los muebles y la ropa y los complementos y los coches de segunda mano", explican desde Vibbo. "Nos hemos encontrado verdaderas joyas. Puede que de lo más curioso que hemos encontrado han sido vagones reales de trenes antiguos. En la app hay un poco de todo, desde chalets con piscina por miles de miles de euros a piezas de ropa o decoración por 1 euro", cuenta Jessica Amador, relaciones públicas de Wallapop, donde también se cuelan anuncios que no pretenden ver vendidos como una bolsita de kétchup medio abierta por un céntimo o hermanos pequeños rebajados a 1,5 euros. Detrás de la aplicación hay un equipo de 20 personas que moderan todo lo que se sube pero prefieren dejar este tipo de anuncios: "Todo aquello que no sea ofensivo, que tenga creatividad, a nosotros nos encanta. En la compra-venta, la creatividad es un extra", argumentaba el CEO de Wallapop, Agustín Gómez, en La Redada.

Wallapop es una de las apps de más éxito del momento gracias, entre otras cosas, a una impactante –y pegadiza- campaña publicitaria. Tiene 32 millones de usuarios repartidos por el mundo y contabiliza una media de 20.000 transacciones diarias en España. Aún así, por el momento, no genera ingresos: "Se trata de un modelo de empresa muy común en Estados Unidos, donde los primero años de crecimiento no se monetiza sino que se desarrolla la empresa gracias a inversión", aclaran.

El caso es la reventa de entradas es especialmente anecdótico. Internet está lleno de gente que vende bolis bic y regalan entradas. No móviles, ni muebles, ni coches: entradas. ¿Por qué? Ticketbis piensa que por desconocimiento: "Muchos usuarios creen que vender una entrada que ya ha sido comprada previamente es algo ilegal pero lo cierto es que no, vender una entrada a través de Internet está totalmente permitido". Lo curioso es que en la calle la venta y la reventa sí están prohibidas desde 1982. Con motivo del Mundial de Fútbol en España se estableció esa norma para evitar escándalos en la calle y sigue en vigor. Pero la ley no contempla Internet, que entonces ni se soñaba, y por eso las plataformas de reventa de entradas son totalmente legales y cada vez se usan de manera más habitual. Consciente de esta expansión, el pasado mes de mayo, eBay compró Ticketbis, una empresa española creada en 2009 y que tiene ya presencia en 47 países. Sus ventas están principalmente lideradas por los conciertos de música y los eventos deportivos. En Europa y Asia gana el deporte con alrededor del 60% y en Latinoamérica la música arrasa con un 88% de transacciones.

Vender en Internet es legal pero no siempre es seguro. Todas estas páginas destacan siempre los controles por los que pasan los anuncios que publican pero inevitablemente se cuelan ofertas falsas. Para garantizar que ni vendedor ni comprador sean estafados, Ticketbis exige varios requisitos que desincentivan el fraude: "Vender una entrada conlleva un proceso de registro exhaustivo, tenemos al usuario completamente identificado. Además, el proceso de venta de una entrada exige la vinculación de una tarjeta de crédito sobre la que se cargarán penalizaciones si no se cumplen las condiciones del servicio y, por último, el vendedor no recibe ningún pago hasta varias semanas después del evento", detalla Ander Michelena, CEO de Ticketbis.

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Desde Facua recuerdan que el consumidor puede estar atento a determinados aspectos: "Que el portal web donde se adquiere el producto sea conocido; que el domicilio social de la empresa se encuentre en España o al menos en un país de la Unión Europea (ya que en caso contrario, si el consumidor necesitara reclamar tendría menos medios disponibles para ello); fijarse en si la plataforma cuenta con sellos de calidad que pueden ser indicativos de confianza; y, por último, si hay dudas, siempre puede asesorarse en una asociación de consumidores sobre las prácticas habituales de atención al cliente de estas empresas".

En caso de tener un problema con una compra-venta on line, el primer paso es presentar un escrito de reclamación ante la empresa. Salvo en algunas unas excepciones, el consumidor dispone de 14 días naturales contados desde el día de la celebración del contrato o desde el día en que el consumidor adquiera el bien solicitado para ejercitar su derecho al desistimiento.

¿Dónde estamos respecto a nuestros vecinos y a América?

Todos los especialistas en el sector coinciden en señalar el mercado de la reventa en España tiene un largo camino por delante para igualarse otros países como Estados Unidos. Según los datos de Ticketbis, el número de americanos que utilizó una plataforma de compra y venta de entradas especializada supera en un 186% a la cifra de usuarios españoles. También los alemanes están más familiarizados con esta alternativa y la utilizan un 118% más. Vibbo, que pertenece al Grupo Schibsted, con multitud de páginas distintas del sector en toda Europa también señala que “en comparación con Francia, Holanda, Noruega, Suiza, Suecia e incluso Italia, el mercado español tiene un gran potencial de desarrollo”.

En América Latina ha abierto camino Ticketbis. “La aceptación ha sido extraordinaria y en 2015 el mercado latinoamericano supuso un 34% de la facturación global de la empresa”, destaca el CEO Ander Michelena. Normal que Stubhub, empresa perteneciente a eBay, no se lo haya pensado dos veces y haya comprado la empresa vasca. Se acaban los bolis bic. Si no lo usas, véndelo, véndelo.