"Corríamos entre llantos y gritos mientras la policía llevaba las armas en las manos "

Madrid

Juan Francisco es un maestro gaditano de 29 años que pasa estos días estudiando francés en Niza. Le acompañaba Ana, una vallisoletana de 18 años que acabó escondida en un garaje. Los dos estaban en el lugar de los hechos cuando ocurrió la masacre. "Aún estamos en estado de shock", explica Juan. "Fueron unos momentos muy duros y llenos de incertidumbre, no sabíamos lo que ocurría. Nosotros estuvimos viendo los fuegos artificiales, torcimos una calle y comenzamos a ver a gente corriendo hacia nosotros y a escuchar disparos. Ahí ya me pusimos a correr".

Ana cuenta que se dispersó del grupo junto a otro compañero y "en vez de seguir corriendo hacia delante nos quedamos en un garaje y nos intentamos meter debajo de un coche con otras personas que chillaban. Otros decían que estuviésemos en silencio porque escuchábamos los disparos". Ana tuvo el valor en ese momento de llamar a su madre que le recomenó que siguiera adelante y no se quedara en el garaje para intentar ir a un sitio más seguro. "Intentamos ver si podíamos volver a la residencia donde estudiamos, pero era imposible porque había que atravesar el paseo marítimo y la gente chillaba que había muchos muertos".

Michel tiene un primo que ha perdido a su mujer y a su hijo en el atentado. "Vi el camión, pero no pensé que fuera el motivo de lo que estaba pasando. La gente corría y gritaba hacia todas las direcciones. Me austé y también comencé a huir. Había caídas y mucho pánico. Ha sido horrible".

Marinela y Javier es una pareja de argentinos que pasan unos días en la ciudad de Niza. En el momento del ataque estaban viendo los fuegos artificiales en un punto distinto donde se produjo, a unos 500 metros. "Vimos a todos correr, como una avalancha, en dirección contraria a nosotros: corriendo, gritando, mujeres, niños", relata Marinela que recuerda una "psicosis masiva" con "zapatos tirados por la calle, parecía que había pasado un tornado". 

Iván es un joven estudiante español, que eligió la ciudad de Niza para hacer unas prácticas profesionales. Durante el ataque, el joven estaba cenando en una zona muy cercana a la zona de los hechos, cuando decidió coger un autobús para volver a su casa. Esperando al transporte, vio gente corriendo asustada hacia él. "Estamos consternados . Iba en el autobús y la cara de las personas lo decía todo: asustados, no sabían lo que pasaba. Cada segundo una nueva noticia".

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Iván es consciente de que su decisión de no acudir a ver los fuegos artificiales ha podido salvar su vida. Igual que Thomas, otro joven que decidió no ir. "Ahora estoy en casa de un amigo, no pude ir a casa porque dicen que es muy peligroso y hay que esperar a que se tranquilice todo". Thomas explica que todos los días pasa por la zona donde se ha producido el ataque.

Javier es el director de un restaurante cercano al lugar del atentado. "Había mucha gente y de repente comenzó a correr todo el mundo. Yo estaba dentro del restaurante, pero la gente que estaba en la terraza entró dentro y los hice pasar a la cocina. Se escuchaban disparos por todas partes y era un caos total".

☎ Teléfonos de emergencia: 0608717988 (desde Francia) y 00 33 608717988 (desde España)