Garzón busca revitalizar la marca IU como alternativa rupturista

Madrid

"Frente a las disputas orgánicas en los partidos y movimientos aliados, lo relevante es el proyecto político que, en su conjunto, cada organización aliada defiende". Con esta premisa, que alude sin citarla expresamente a las diferencias abiertas en Podemos entre el modelo de Iglesias y el de Errejón, IU pone en marcha un plan estratégico -a cuyo borrador ha tenido acceso la Cadena SER- para “resignificar” su marca, “mejorar su imagen para hacerla atractiva a la clase trabajadora”, captar a nuevos afiliados y construir en definitiva un “nuevo sujeto político” capaz de canalizar la indignación y la frustración del movimiento obrero para lograr una alternativa política de perfil anticapitalista, ecologista y feminista.

Una estrategia que busca también potenciar a los cargos y políticas de la coalición en un momento delicado, ante el riesgo de pérdida de visibilidad y percepción pública de su autonomía tras la alianza con Podemos. La estrategia de la coalición para el curso 2016/2017, que se debatirá este sábado en su Asamblea Político y Social, pasa por transformar la formación de izquierdas en un movimiento político y social, volcado en los conflictos sociales y laborales, y centrado en extender la conciencia de clase desde una alternativa rupturista.

Articulado en varios frentes, el plan de acción de IU contempla un refuerzo de las relaciones con las ONG afines, una campaña para impulsar la afiliación, y una participación activa en los conflictos sociales y laborales (se propone un mapa de todas esas problemáticas a escala nacional) así como campañas de defensa de los servicios públicos y los derechos y libertades fundamentales.

El plan pasa también por el refuerzo de la “unidad popular”, elaborando un mapa de los procesos de confluencia y sus perspectivas hasta 2019 y propone un nuevo marco de relación con fuerzas de izquierda independentista y soberanista dentro de una propuesta de Estado federal.

La estrategia de IU aborda también la necesidad de “visibilizar” tanto a los dirigentes como a los cargos públicos de la coalición como a sus iniciativas políticas y legislativas en el marco social, institucional y las redes sociales. Aunque el documento no establece una relación de causa efecto ni menciona específicamente a Podemos, se debate en un momento en el que la coalición corre el riesgo de quedar "fagocitada" a nivel público y mediático tras la alianza electoral con Podemos. Una situación que ya se ha evidenciado en el Congreso, cuando Alberto Garzón tuvo apenas tres minutos y medio de intervención en el debate de investidura de Mariano Rajoy o con la reciente polémica suscitada por la exclusión inicial del coordinador federal de IU de las portavocías de comisiones parlamentarias (algo que Podemos corrigió dando a Garzón la portavocía de la comisión de Hacienda tras airearse el malestar de IU).